No te fíes de esta seta.Cosas a saber para no jugarse el tipo comiendo hongos. elviajero. 13/11/2009.Otoño, época de setas, aunque este año escaseen por culpa de la poca lluvia. Intoxicaciones, sabores amargos y otras sorpresas aguardan a la hora de recoger setas. Es una actividad "para prudentes no para valientes", indican en Educadores Medioambientales GAIA.Aconsejan los expertos que para evitar tragedias o simplemente que el estómago acabe en una situación poco deseada, los hongos se pueden diferenciar por su olor, el lugar donde se recoge y su aspecto, ya que pueden ser muy similares e incluso idénticas unas de otras, siendo algunas tóxicas y otras comestibles. Ver la noticia reciente relacionada: Empezó mal la recogida, intoxicados con ‘fredolics’ venenosos (Es) .Leer también:‘Muscaria’ alerta de la mortalidad de ciertas setas
Tirar de cesta y un libro con imágenes para distinguirlas no es garantía de nada, los expertos en micología recuerdan que esto no es algo fiable, "puesto que en muchas ocasiones el sol o la lluvia modifican su apariencia". Si no se quieren correr riesgos, existe la opción de realizar cursos o talleres para aprender qué, dónde y cómo recolectar estos hongos, además de reconocerlos por sus partes.
Un pequeño truco para coger níscalos sin jugarse el tipo es cortarlo. Si al abrirse es naranja, se trata de un Lactarius deliciosus y es comestible. Pero si sigue siendo de color crema como su superficie, or crema como su superficie, será un falso níscalo o Lactarius torminosus, el cuál es tóxico.
Asimismo, hay pautas para distinguirlos como su hábitat: el comestible encuentra en bosques de confieras mientras que el tóxico entre abedules. Este es un buen ejemplo de cómo dos setas del mismo género y aparentemente semejantes pueden tener resultados muy diferentes.
Otras setas que pueden resultar engañosas entre ellas son las Catharellus cibarius y la Hygrophoropsis aurantiaca, más conocidas como rebozuelo y falso rebozuelo respectivamente. Aunque en este caso la confusión no conlleva una intoxicación, si puede defraudar a los comensales puesto que la primera es una seta excelente mientras que la segunda tiene un sabor desagradable.
Ambas tienen una carne amarillenta y crecen en bosques de coníferas por lo que distinguirlas es aún más complicado. Para ello, hay que observar el himenio: en el Cantharellus son pliegues y en la Hygrophoropsis son láminas.