Los riesgos del uso no controlado del DDT. medicalnewstoday. 12/05/09. (Traducido al castellano por Sertox, del original en inglés).Un panel de expertos y otras personas reunidas para revisar las investigaciones recientes acerca de la relación entre el DDT y la salud humana expresaron su preocupación por la extendida práctica actual de rociar el plaguicida en el interior de los hogares en la lucha contra la malaria. lo que está llevando a niveles sin precedentes e insuficientemente medidos de exposición al DDT. Sigue texto.
(Sertox)
Si bien el DDT ha sido abandonado hace mucho tiempo como plaguicida agrícola en todo el mundo, en el año 2006 se recomendó su empleo por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por funcionarios del programa "Iniciativa del Presidente contra la Malaria" (en inglés: President’s Malaria Initiative), dirigido por la Agencia para el Desarrollo Internacional (en inglés: AID, Agency for International Development) de Estados Unidos, el cual fue lanzado por el ex-presidente George W. Bush en el año 2005. De acuerdo con la OMS, durante el año 2006 solamente se registraron 247 millones de casos de malaria y 880.000 defunciones a causa de dicha enfermedad. La mayor parte de las muertes correspondió a niños pequeños en África. En las regiones en donde la malaria es endémica, el plaguicida órganoclorado (DDT) es rociado actualmente en el interior de los edificios y de los hogares para repeler a los mosquitos transmisores de la enfermedad. Esto se hace a pesar de la existencia de información referente a los impactos en la salud humana de las poblaciones expuestas por la exposición al DDT a niveles tan elevados , de acuerdo con expertos de áreas que van desde la salud ambiental hasta la biología del cáncer. Después de una revisión de cerca de 500 trabajos epidemiológicos, los investigadores publicaron en la revista "Environmental Health Perspectives" (disponible en linea) una declaración de consenso llamando a; 1) Hacer mayores esfuerzos para reducir la exposición al DDT, debido a los efectos de la exposición a dicho insecticida en la salud y 2) Para desarrollar alternativas al uso del DDT, de manera tal que finalmente puedan emplearse otros métodos para el control de la malaria. Los ejemplos de medidas no químicas para controlar la malaria incluyen el uso de mosquiteros, drenar las fuentes de aguas estancadas o llenarlas con arena, así como el diagnóstico (y tratamiento) rápido de los casos de malaria. “Tenemos que centrar nuestra preocupación en el contexto de las personas que mueren por la malaria,” declaró la autora principal, la Dra. Brenda Eskenazi, catedrática de epidemiología en la Universidad de Berkeley y Profesora Principal de Salud Materna y del Niño en la Escuela de Salud Pública. “Sabemos que el DDT puede salvar vidas al repeler y eliminar a los mosquitos que transmiten enfermedades. Sin embargo, la evidencia sugiere que las personas que viven en las áreas en donde se utiliza DDT estén expuestas a niveles muy elevados del plaguicida. Los únicos estudios publicados acerca de los efectos sobre la salud en estas poblaciones han demostrado efectos profundos sobre la fertilidad masculina. Claramente, se requiere más investigación acerca de la salud de las poblaciones en donde ocurre el rociado residual en el interior de los domicilios; mientras tanto, el DDT realmente debería ser el último recurso contra la malaria antes que la primera línea de defensa.” Los investigadores observaron que la mayoría de los estudios acerca del DDT se han centrado en su impacto sobre la vida silvestre y en el ambiente. De los estudios publicados acerca de la salud de los seres humanos, casi todos se han referido a poblaciones expuestas a niveles bajos o basales de DDT. No obstante, algunas de tales investigaciones han sugerido relaciones entre el DDT y el riesgo para desarrollar cáncer, diabetes, problemas del desarrollo en los fetos y en los niños, así como fertilidad disminuida. “Todos los estudios conducidos hasta la fecha acerca de los efectos en la salud humana por la exposición al DDT no serían relevantes para las poblaciones actualmente expuestas al plaguicida por el rociado residual en el interior de los hogares”, señaló la Dra. Eskenazi, quien ha publicado investigaciones acerca del impacto negativo en el desarrollo neurológico de los niños por la exposición al DDT. Es más, la mayoría de los estudios sobre el DDT y la salud en los seres humanos fue realizada en países desarrollados, en donde el uso del plaguicida fue prohibido en la década de los 70, manifestaron los investigadores. “Actualmente se emplea el DDT en países en donde muchas de las personas son o están desnutridas, son extremadamente pobres y posiblemente están aquejadas por enfermedades que comprometen al sistema inmune, tales como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), condiciones que pueden aumentar su susceptibilidad a exposiciones químicas,” indicó uno de los coautores del estudio, el Dr. Jonathan Chevrier, investigador de post-doctorado en la Universidad de California en Berkeley. El insecticida DDT ha sido prohibido en los Estados Unidos desde 1972. Hasta la fecha, más de 160 países han firmado la Convención de Estocolmo sobre los Contaminantes Orgánicos Persistentes, un tratado internacional que prohíbe el uso del DDT y de otros 11 contaminantes orgánicos persistentes, excepto cuando sea necesario para el control de la malaria. En los casos en donde debiera emplearse el DDT, la Convención de Estocolmo requiere un plan de implementación y manejo para minimizar la exposición de los seres humanos al plaguicida mencionado y su liberación hacia el ambiente. Sin embargo, observaron los autores, existe poca supervisión para asegurar que tales planes estén siendo llevados a cabo apropiadamente. “Existen reportes anecdóticos señalando que muchas personas no retiran la ropa y los utensilios de cocina de sus hogares antes de hacer el rociado con DDT,” declaró el Dr. Chevrier. “Se requiere más entrenamiento y control para evitar tales situaciones.” La declaración de consenso fue el producto de una reunión realizada en marzo de 2008, organizada conjuntamente por la entidad Pine River Superfund Citizen Task Force, el Centro para el Liderazgo Responsable (en inglés: Center for Responsible Leadership) y el Instituto de Asuntos Públicos (Public Affairs Institute) de Alma College, en donde una planta química derramó niveles masivos de DDT en el río Pine, EEUU. En 1983, el área mencionada fue considerada un lugar de trabajo para el Programa Superfund (un programa dedicado a recuperar los lugares en donde hubo derrames de material contaminante tóxico) por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. Source: Sarah Yang .University of California – Berkeley Leer artículo relacionado: Pretende la ONU erradicar uso del DDT contra la malaria en el 2020. jornada.unam.mx. 07/05/09.La Organización de Naciones Unidas (ONU) anunció el miércoles un plan para erradicar hacia el año 2020 el DDT, pesticida tóxico ilegal que se aún utiliza en hogares para exterminar al mosquito transmisor de la malaria. Diez proyectos serán puestos en marcha en 40 países de África, el Mediterráneo oriental y Asia central, para combatir la malaria sin el DDT y otros productos químicos, luego de que un proyecto piloto en México y América Central redujo con éxito los índices de esta enfermedad. La intención es conseguir una disminución de 30 por ciento en el uso del DDT en el mundo para 2014, y su abolición en los primeros años de la década del 2020, si no es que antes, dijeron en un comunicado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Agregaron que los objetivos a realizarse, mediante un aporte de 40 millones de dólares del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), deberán alcanzarse manteniendo las metas de la OMS para la contener la malaria, que mata a 880 mil personas cada año. El DDT es uno de los químicos de la docena sucia, prohibidos por una convención de la ONU en 2001, después de que se descubrió que es la sustancia es una toxina capaz de suprimir el sistema inmunológico. Es conocida, además, por ser una amenaza contra las poblaciones de aves, ya que desgasta las cáscaras de los huevos. Sin embargo, en diversos países en vías de desarrollo se hicieron excepciones por su efectividad para matar mosquitos. El inventor del DDT, el suizo Paul Hermann Muller, ganó el Premio Nobel de Medicina en 1948, antes de que se conocieran los efectos tóxicos de la sustancia. Los países subdesarrollados tienen el dilema de elegir entre utilizar un veneno reconocido para rociar sus casas o arriesgarse a una mayor exposición a la malaria. Alternativas Los proyectos en México y América Central descubrieron que algunas medidas que excluyen el uso del DDT, como el uso extendido de mosquiteros en los hogares o el drenaje de aguas estancadas donde crecen las larvas del mosquito, ayudaron a recortar los casos de malaria en 63 por ciento. Otros métodos son la plantación de árboles que repelen a los mosquitos, como el roble o la lila india, así como mejor atención sanitaria o el uso de peces y bacterias para controlar los mosquitos y sus larvas. Cerca de 150 naciones se reúnen esta semana en Ginebra, Suiza, para considerar la inclusión de otros nueve productos químicos en la lista de la docena sucia.