El paraíso sombrilla o árbol del paraíso (Melia azedarach; sin. M. australis, M. japonica, M. sempervivens) es un árbol mediano, de hoja caduca, de la familia de las meliáceas. Nativo del sudeste asiático, se difundió a mediados del siglo XIX como ornamental en Sudáfrica y América, donde se naturalizó con rapidez, convirtiéndose en una especie invasora que desplazó otras autóctonas. Se cultiva aún para decoración y sombra, sobre todo por su ancha y frondosa copa, a la que debe su nombre común.M. azedarach es un árbol mediano, de 8 a 15 m de altura, con el fuste recto; la copa alcanza los 4 a 8 m de diámetro, de forma globosa. Las hojas son caducas, alternas, compuestas, con pecíolos largos, imparipinnadas, de 25 a 80 cm de longitud; los folíolos son ovales, acuminados, de 2 a 5 cm de largo, de color verde oscuro por el haz y más claro en el envés, con el margen aserrado; amarillean y caen a comienzos del otoño.Hacia fines de primavera florece, dando flores pentámeras de color púrpura o lila en panículas terminales de hasta 20 cm de largo, muy fragantes. El fruto es una drupa de 1 cm de diámetro y forma globosa, de color amarillo pálido, que se aclara aún más con el paso del tiempo. Contienen una única semilla esférica y muy dura. Es un árbol de crecimiento rápido, muy cultivado en la ciudad de Rosario y en el campo por su gran rusticidad. Asilvestrado en distintas zonas del país. Soporta podas intensas. Las ramas se desgarran con facilidad.Posee madera de buena calidad, se la emplea en revestimientos, chapas, terciados. No es atacada por insectos xilófagos. La leña arde en verde.Árbol respetado por la langosta. La infusión o maceración de frutos, ramas y hojas se utiliza como insecticida. Desde hace unos años se ha presentado en nuestro país una enfermedad denominada “amarillamiento del paraíso”, provocada por micoplasmas, que se caracteriza por el amarillamiento progresivo del follaje, deformación foliar y muerte de ramas, al cabo de 2-3 años las plantas afectadas por lo general mueren. Su fruto es sumamente tóxico para el humano y otros mamíferos, aunque las aves la resisten (de hecho, constituye parte esencial de la dieta de la cotorra argentina). Contiene neurotoxinas, en especial tetranortriterpeno; 0,66 g de fruta por kg pueden matar a un mamífero adulto. Los síntomas son vómitos, diarrea, dolor abdominal, congestión pulmonar, rigidez, falta de coordinación y finalmente parálisis cardíaca. Pese a ello, en el pasado se utilizaba la infusión muy diluida de las hojas como relajante uterino, aunque el sobredosaje es peligrosísimo. Información de Wikipedia y Las plantas de la ciudad de Rosario. Más información en nuestro portal.