Las plantas suculentas o crasas son aquellas en las que la raíz, el tallo o las hojas se han engrosado para permitir el almacenamiento de agua en cantidades mucho mayores que en las plantas normales. Esta adaptación les permite mantener reservas de líquido durante períodos prolongados, y sobrevivir así en entornos áridos y secos que otras plantas encuentran inhabitables. El ejemplo más típico de suculencia es el de los cactus, en los que el tallo contiene una gruesa capa de tejido parenquimático; pero existen varias otras familias vegetales que presentan el mismo fenómeno. Las suculentas no están genéticamente relacionadas entre sí, sino que han desarrollado independientemente rasgos similares en un proceso de evolución convergente.Hay miles de especies de plantas suculentas, clasificadas en varias familias. La mayoría pertenece a las aizoáceas, las cactáceas, las crasuláceas y las euphorbiáceas, con más de mil especies cada una.Leer más en Wikipedia. Las cactáceas (Cactaceae) son una familia de plantas suculentas y, en gran mayoría, espinosas, conocidas en conjunto como cactus o cactos. Esta familia es prácticamente exclusiva de América, lo que significa que son endémicas del continente americano y las Antillas. Sin embargo, hay una excepción, Rhipsalis baccifera, que está extendida en África tropical, Madagascar y Ceilán.Hay más de 200 géneros de cactus, con unas 2.500 especies, en su mayor parte adaptadas a climas áridos.Leer más en Wikipedia.