Durante siglos, el metal también fue empleado en medicina. Hasta hace poco, se usaba en antisépticos, laxantes, antidepresivos y medicamentos contra la sífilis.La mayoría de los adultos habrán usado termómetros de mercurio y algunos incluso lo tendrán en algún empaste en una muela que lo contiene.Parte de ese mercurio en medicina, eventualmente, se hará camino hacia la atmósfera. Muchos de nosotros seremos cremados, con lo que el mercurio se convertirá en humo con nuestros restos mortales.Lo mismo pasa con las diminutas cantidades de vapor de mercurio que son la fuente de luz de los bombillos flourescentes, es por eso que hay que tener cuidado al botarlos.Pero los empastes y las bombillas son sólo una mínima fracción de las 2.000 toneladas de mercurio que el ser humano libera a la atmósfera cada año.
Alrededor de un cuarto es producto de la generación de energía. Hay trazos de mercurio en el carbón, así que las plantas generadoras que funcionan con ese mineral inevitablemente lo liberan a la atmósfera.Es más, como un tercio es consecuencia de nuestra lujuria por el oro.Se estima que en todo el mundo hay de 10 a 15 millones de mineros a baja escala que cavan, dragan, enjuagan y criban en busca de oro, y muchos de ellos usan mercurio para separar el metal puro del cieno.El problema llega cuando hierven el mercurio para obtener el oro puro o cuando se deshacen de restos contaminados.En el agua, el mercurio se transforma en una molécula orgánica altamente tóxica, el metilmercurio, que es rápidamente absorbido por algas y placton. Éstas son el alimento de animales más grandes, que a su vez son comidos por otros aún más grandes, hasta que llegan a nosotros (y a las focas).En el camino, ese químico tóxico se va concentrando cada vez más, y se torna en una amenaza particularmente seria para los cerebros en desarrollo de niños y fetos."Nos preocupan los peces que están en el tope de la cadena alimenticia, los depredadores, como el pez espada", le dice a la BBC la geoquímica medioambiental Kate Spencer."Cuando uno examina el tope de la cadena alimenticia, encuentra miles de veces más mercurio en la carne del pescado".
Las mujeres embarazadas o que quieren tener un hijo, así como los menores de 16 años, deben: