"Usar bromato es un delito contra la salud pública". laarena.com.ar. 29/01/11. El fiscal que hizo la denuncia penal por la intoxicación masiva con productos de una cadena de panaderías local, quiere que se determine la responsabilidad del que proveyó el bromato, del empresario José María Jamad que lo usó y de los inspectores que deben controlar la producción de alimentos.El fiscal Mauricio Piombi actuó de oficio al tomar estado público la intoxicación masiva por la ingesta de alimentos. Ni el propietario de las panaderías donde se vendieron los productos, ni los damnificados, ni los organismos gubernativos encargados de controlar recurrieron a la justicia. Sigue…. Leer artículo de ayer: Continúa la saga del Bromato de Potasio en La Pampa
Un graffiti en el cielo
(Sertox)
La fiscalía ya cursó a la jueza Florencia Mazza, de turno, un pedido de información sobre la actuación que sobre el tema tuvo el Hospital Lucio Molas, el titular de las panaderías "La Posta" y "Crocante" y la Municipalidad. Piombi, entrevistado por Radio Noticias, afirmó: "Me parece que es un tema de relevancia, preocupante para la comunidad y creo que hay elementos suficientes de sospecha para formular una denuncia penal y que se abra una investigación". "Es una denuncia bastante amplia, porque hay una responsabilidad dentro de la cadena alimentaria, de los que intervienen y nos proveen de alimentos; hay varias responsabilidades, no sólo del que los produce, sino del que entrega y controla". -Fiscal, da la impresión que el común de la gente subestima este tema de la calidad de los alimentos, pero estamos ante un delito grave. -Es grave. Uno sabe los efectos que puede producir el bromato de potasio, es un tema serio y más allá de la intoxicación, lo que esperé es el resultado de la existencia o no de este agregado químico. -¿Utilizar un químico prohibido en cantidades excesivas, no es casi un intento de homicidio? -No, es un delito contra la salud pública y está especificado en el Código, puede ser doloso o culposo. -Si se trata de una acción dolosa, es algo muy grave. -Sí. Pero todavía no lo sabemos, sólo hay elementos para hacer una denuncia penal y que se investigue la responsabilidad de todos los que intervinieron. Después que tomo conocimiento de esto, en la ciudad en la que vivo y todos debemos cuidar, me pongo a pensar qué pasará en las escuelas… -Son muchas las preguntas: ¿Por qué llegó el bromato a las panaderías, por qué se usó, quién proveyó ese químico? -A través de la causa, la doctora Mazza seguramente pedirá alguna de las medidas que solicité y cuando esté el doctor Ralli (el juez que reemplazará en febrero a Mazza), sin dudas que la causa será interesante para analizar en todos sus aspectos. -¿Le parece prudente, que sin conocerse lo que pasó en las panaderías, éstas puedan ser habilitadas para que sigan produciendo alimentos? -Tengo una opinión formada y en base a eso formulé una denuncia penal. No quiero opinar sobre lo que puede hacer la justicia de faltas. Lo más importante acá es que todos nos tenemos que comprometer y una de las medidas que estoy solicitando es que se tomen declaraciones testimoniales a quienes han sido afectados. Estamos frente a un tema en el que todos debemos interesarnos y una vez que tengamos los nombres y los convoquemos (a los intoxicados) la gente va a acompañar a la justicia para determinar la verdad: si esto fue un sabotaje, un abuso por parte del comercio o del encargado. También qué garantías tenemos de parte del estado de que controlan todo lo que comemos.
Niegan haber recibido información. La secretaria de Producción de la municipalidad, Elida Deanna, negó que desde el gobierno provincial haya existido información avisando sobre la presencia de bromato de potasio en productos de panificación. El lunes, las autoridades santarroseñas enviarán una nota a Medio Ambiente de la Provincia para demandar esa documentación. Ayer, el jefe del Departamento de Medio Ambiente provincial afirmó que en las muestras de harina realizadas no se había detectado el bromato, sí en algunos productos elaborados. Deanna dio un detalle cronológico de los hechos: el miércoles 5, una persona se acercó a Bromatología Municipal advirtiendo que sufría de gastroenteritis y que presumía que se debía a lo que había comido en "La Posta"; al día siguiente, otras tres personas manifestaron tener el mismo problema; y el jueves 6 funcionarios comunales se comunicaron con Bromatología de Provincia para dar cuenta de estos casos. El viernes 7, por la tarde, Provincia deja una nota en el domicilio particular del intendente Torroba, donde se resaltaba que 15 santarroseños habían sufrido una intoxicación y en todos los casos los alimentos ingeridos habían sido elaborados en "La Posta" o las otras panaderías de Jamad. Ese mismo día, según la versión municipal, junto con Provincia se toman muestras en "La Posta". Al lunes siguiente, la comuna se hace con los resultados de los análisis realizados por un laboratorio de Bahía Blanca, donde se detecta el bromato, por lo que el Juzgado de Faltas determina la clausura preventiva de los tres comercios.
Rehabilitaron "La Posta". Finalmente el Juzgado de Faltas de Santa Rosa levantó la clausura preventiva que pesaba sobre uno de los comercios apuntados por la intoxicación masiva con alimentos que contenían bromato de potasio. "La Posta", el restaurant y panadería que funciona en la esquina de la Avenida Luro y Corrientes, abrió sus puertas durante la tarde de ayer tras cumplimentar el propietario todos los requerimientos que le habían formulado las autoridades comunales. A los pocos minutos de empezar a trabajar, comenzaron a ingresar clientes. Los otros dos locales pertenecientes al empresario José María Jamad, "El Abuelo Julio" y "Crocante", deberán esperar al menos algunas horas más. El primero, ubicado en Uruguay y Chile, fue inspeccionado durante la mañana de ayer. Allí se decomisó una enorme cantidad de mercadería en mal estado, producto de los días donde nadie ingresó, y se analizaron las condiciones de limpieza y salubridad del lugar. Hoy habrá una nueva inspección para verificar que se hayan cumplido las distintas tareas solicitadas, lo cual será vital para que este comercio también pueda volver a abrir sus puertas. Jamad además habría pedido autorización para hacer algunas tareas de pintura en el área de elaboración. Recién el lunes será el turno de que la comuna verifique "Crocante", en la calle 9 de Julio. Desde la Municipalidad señalaron que las reaperturas serán para que cada uno de los locales funcione normalmente. Pero también se solicitó cumplir determinados requisitos y se profundizarán las inspecciones. Independientemente, el expediente en el Juzgado de Faltas seguirá su curso y a la espera de las resoluciones judiciales se podrían ordenar, en un futuro, nuevas medidas. El uso de bromato de potasio, confirmado por los resultados de los análisis del laboratorio IACA, de Bahía Blanca, podría acarrear para Jamad no sólo sanciones penales (es un delito contra la salud pública porque se trata de un producto prohibido por sus efectos cancerígenos) sino que a nivel comercial recibiría desde una fuerte multa hasta la clausura definitiva. Ayer, autoridades de Salud Pública informaron que fueron 81 las personas registradas oficialmente como afectadas por el cuadro de intoxicación con productos de las panaderías investigadas. "Las 81 personas entrevistadas tenían el antecedente de haber ingerido algún alimento en dichos comercios. Y de esa cifra 55 mostraron síntomas relacionados con un cuadro gastroentérico que comenzó aproximadamente 2 horas posterior al consumo del producto", detallaron Gustavo Rodríguez, del Departamento de Medio Ambiente, y Patricia Estrella, de Epidemiología. De todas maneras, los casos superan el centenar contando quienes no fueron atendidos en centros de salud.
Se consigue fácilmente. El uso del bromato de potasio en la elaboración de pan también replicó en esta ciudad. Si bien en las panaderías locales no se ha detectado la utilización de ese tóxico en la elaboración de la masa de pan, hay una preocupación de los panaderos piquenses, por la multiplicidad de "panificadoras domésticas", que ofrecen productos en almacenes, despensas y kioscos, que venden pan cuyo origen se desconoce. Se suma a esta situación, la revelación acerca de la facilidad con que se consigue el bromato en la ciudad, cuestión que fue ratificada por Javier Pereyra, cuya familia tiene hace 30 años panadería en el Barrio Este de General Pico. "Si alguien quiere abaratar costos y colocar granitos de bromato en la masa del pan no tendría inconveniente en obtenerlo", aseguró el joven, aunque se excusó de precisar el o los lugares desde donde proviene el bromato. "Se conoce quién puede proveerlo o donde se puede comprar; además es muy barato", añadió. Pereyra explicó que el aditivo puede ser camuflado fácilmente, y es parecido al azúcar. "Colocar tres granos en la elaboración de la masa puede pasar desapercibido y levar el pan como si fuera de manera natural", explicó. Si la dosis que se aplica es mayor el pan podría quedar "reventado" y con una mala presencia para la venta. "Nosotros tenemos controles reiterados desde la municipalidad, que de manera continua verifica los elementos que usamos en la panadería; pero hay cientos de lugares donde se ofrece panificación que ni siquiera es elaborada en la ciudad y no sé cómo se controlan", agregó Pereyra, que forma parte de la Cámara que los agrupa. A muchos comercios de la ciudad llega pan que se fabrica en Dorila y Vértiz, por ejemplo, y se duda sobre los controles bromatológicos que se pueda estar haciendo sobre esa mercadería. "Hay mucha gente que elabora pan, facturas o prepizzas en sus casas, algunos porque han recibido microemprendimientos y deberían existir controles tan exigentes como para nosotros", afirmó Pereyra. Un dato no pasa desapercibido. Es normal que panificadoras lleven productos a los pueblos para la venta. La circulación por las rutas no tiene ningún control bromatológico. Si alguna mercadería está elaborada con algún aditivo prohibido de manera clandestina en alguna localidad no tendría escollos en ser vendida en otra ciudad o pueblo. Pereyra estimó que el uso de bromato puede disminuir los costos en un "20 a 30 por ciento" y competir en el mercado con precios más bajos. "Yo me sorprendo por los precios que a veces observo de algunos productos de panificación, que se venden por debajo de nuestros costos", dijo Pereyra. Se estima que en General Pico existen unas 60 panaderías registradas, pero los puntos de ventas de pan son muchos más. "Es muy serio el tema de los alimentos y los ingredientes que se usan; no hay que olvidarse que las panaderías abastecen a escuelas y hospitales, y la calidad debe ser de excelencia", agregó el comerciante. Por otra parte, el director de Producción de la municipalidad de General Pico, Miguel García, aseguró ante la consulta de LA ARENA que desde la comuna las inspecciones son "reiteradas y continuas" a las panificadoras. "No hemos hallado pan con bromato", aseguró el funcionario. Explicó que las muestras son analizadas en laboratorio, mediante un convenio realizado con la Universidad Nacional de La Pampa.