Se sabe que China fue el primer país que cultivó esta planta y la tradición alcanza los 4.000 años si bien fue en Estados Unidos cuando se procesó por primera vez el té, en 1650 y desde entonces al té se le atribuyen propiedades que realmente nadie conoce, bien por los bulos comerciales o bien porque se toma en una parte del planeta a todas horas. Si bien Su Graciosa Majestad nos indica que solo a la cinco podemos tomar una taza, no está demostrado que las catequinas que están presentes en sus hojas, sean efectivas a todas luces para disminuir microorganismos intestinales patógenos, proteger a la piel de las radiaciones UV, mantener la tensión arterial entre otros según demuestra la Agencia de Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.