Un insecticida altera el cerebro joven. Por Florence Rosier.lemonde.fr. 22/05/12. Se trata de un estudio piloto en 40 niños, pero sus resultados se consideran "preocupantes" por el profesor Philippe Grandjean, epidemiólogo, especialista en medicina ambiental en el Instituto de Salud Pública de Dinamarca y la Escuela de Salud Pública de Harvard (Boston, EE.UU.).En efecto, segun los datos preliminares obtenidos a partir de imágenes del cerebro de niños y niñas de 6 a 11 años, un plaguicida organofosforado muy utilizado en todo el mundo, clorpirifos etil (o clorpirifos o CPF) tendría impacto persistente en la estructura del cerebro de los niños que, en el útero, hayan estado expuestos a altos niveles de este producto – porque durante el embarazo su madre inhaló el insecticida, consumió alimentos contaminados con él, o fue contaminada por la absorción del producto a traves de la piel. Verartículo original en inglés.
El clorpirifos está presente en muchos de los productos plaguicidas utilizados en la agricultura, pero también en productos domisanitarios en países que no han prohibido su uso. Publicado el 30 de abril en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), este estudio fue presentado el 15 de mayo en la Conferencia Internacional "Programación Prenatal y toxicidad" que se celebró en París. El desafío: entender cómo la exposición a diversas sustancias químicas durante el embarazo o la vida temprana pueden afectar a funciones orgánicas, o incluso causar enfermedades (cáncer, diabetes, obesidad …) que a veces ocurren años o décadas más tarde. Problemas neurocognitivos "El adelgazamiento de la corteza cerebral que se observa en estos niños no es una buena cosa", subraya la profesora Virginia Rauh, autora principal del trabajo realizado en la Universidad de Columbia (Nueva York). "Sobre todo cuando se sabe que el grosor de la corteza se reduce también en enfermedades neurodegenerativas tales como la enfermedad de Alzheimer". Según esta epidemióloga, las anormalidades cerebrales que se encuentran en estos niños pueden estar asociadas con problemas neurocognitivos o neuropsicológicos duraderos. Los niveles de exposición que muestran los efectos neurotóxicos, concuerdan con aquellos correspondientes a los usos actuales. Para realizar el seguimiento de la exposición de los fetos, el equipo de Nueva York analizó el ritmo de CPF en la sangre del cordón umbilical, que da una idea del tipo de exposición durante las últimas semanas de embarazo. Estos datos son de una cohorte de 369 niños y niñas sobre los que también son conocidos los niveles de exposición fetal al tabaco y a hidrocarburos policílicos aromáticos, así como los resultados de un test cognitivo generalefectuado a la edad de 7 años. Los autores se han centrado en 20 niños que tenían niveles de exposición fetal a CPF más altos – más de 4,39 ugramos por gramo – y los comparó con 20 niños menos expuestos; ninguno de los dos grupos presentaba niveles de exposición fetal elevados ni al tabaco ni los hidrocarburos aromáticos.Resultados: en los niños del primer grupo, la resonancia magnética mostró un desarrollo cerebral alterado. El cerebro de los niños sometidos a una alta exposición a CPF parece presentar varios tipos de anomalías: la ampliación de ciertas áreas se asocia con un peor rendimiento en las pruebas cognitivas realizadas a la edad de 7 años. Además, estos niños presentan modificaciones en las diferencias de sexo normalmente observados en el cerebro, y disminución del grosor en la corteza frontal y parietal. Interacciones con el tabacoEl pequeño número de niños incluidos en este estudio es, por supuesto, una límitación. Una extensión se está llevando a cabo ahora en 450 niños. Por otro lado, las pruebas neurocognitivas deben ser afinadas para precisar las correlaciones entre las medidas del cerebro y la función cognitiva. Sin embargo, otros estudios apuntan en la misma dirección. "En Ecuador, los niños nacidos de mujeres que trabajan en los invernaderos, expuestos a los pesticidas durante el embarazo, tienen uno o dos años de retraso neurocognitivo en comparación con niños cuyas madres no han estado expuestas", dice el Grandjean. "El etil clorpirifos inhibe la acetilcolinesterasa, enzima que degrada la acetilcolina, un neurotransmisor excitatorio importante en el cerebro, con lo que aumenta la cantidad de acetilcolina en el cerebro", dice el profesor Robert Barouki, director del Laboratorio de Farmacología y Toxicología Inserm de la Universidad Paris-Descartes. "El CPF también altera la migración neuronal durante el desarrollo del cerebro", agrega Grandjean. Otro motivo de preocupacion es "la interacción entre plaguicidas y otras sustancias químicas como el tabaco", dice Virginia Rauh. En su clasificación toxicológica, la OMS y la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos, consideran al CPF en la categoria II, correspondiente a moderadamente peligroso. Los médicos, psicólogos, docentes, observan en los niños un aumento de problemas neurocognitivos y trastornos del comportamiento, incluyendo déficit de atención. Este incremento en parte puede ser explicado por una mayor vigilancia sobre estos trastornos, lo cual mejora su diagnóstico. Pero si el incremento es real, un origen vinculado a exposición a neurotóxicos ¿podría ser una causa? "Es es una hipótesis a explorar", admite Virginia Rauh. "Uno tiene sólo una oportunidad de desarrollar el cerebro, así es la vida! Ciertamente el cerebro es capaz de plasticidad, de un cierto grado de compensación, pero su eficacia nunca será óptima si ha sido alterado ", completa Philippe Grandjean. Según él, "el impacto de la exposición perinatal a diversas sustancias químicas es un problema de salud subestimado por los poderes públicos" . Mientras tanto se construya una consciencia general al respecto, ¿qué hacer? "Lavar las frutas y verduras, especialmente si serán consumidas por mujeres embarazadas, lactantes o niños pequeños", aconseja Virginia Rauh. También evitar el uso, durante el embarazo, de productos fitosanitarios que contengan estos productos. En Francia, por lo menos un producto que contiene CPF está permitido en los jardines: Jardín 5G Dursban (Dow Agrosciences SAS). Traducción al castellano: Ana Digón