Dicen los japoneses que se trata de una pesca tradicional de puro interés comercial, base económica para el mantenimiento de miles de puestos de trabajo. Su justificación me recuerda a las nuestras de la caza o de los toros. Porque donde ellos ven tradición yo sólo veo masacre, un mar de sangre inocente para mayor gloria de nuestros estómagos.