Investigaciones sugieren que Bolívar habría muerto intoxicado por medicamentos. panorama.com.ve. 24/07/12. La especialista Lourdes Pérez, antopóloga forense, explicó este martes, en el marco de la develación del rostro digitalizado de Bolívar, que no se detectaron indicios de tuberculosis en el Libertador, pero sí de “histoplasmosis, que es un hongo que arroja una patología muy similar a la tuberculosis”.
Se hicieron los estudios para arsénico, siendo no concluyentes, pero los estudios determinaron que fue tratado con arsénico. El Libertador fue sometido a varios agentes que pudieron acelerar su muerte.Leer artículo previo relacionado:¿El arsénico mató a Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios?
Destacó que pudo tener una intoxicación por cantárida , que era usado en los tratamientos de la época.“El estado anímico del Libertador se fue deteriorando en el avance de su enfermedad”, agregó.La cantárida, de nombre científico Lytta vesicatoria, es un insecto de la familia Meloidae usado en medicina hasta principios del siglo XX como vesicante.
Se denominaba “cantárida” al producto resultante de la desecación del insecto.
Leer relacionado: Presidente Chávez difundió informe preliminar sobre la muerte de Bolívar También relacionado: La literatura moderna, de la mano de Gabriel García Márquez, nos ha dejado una referencia muy descriptiva de la aplicación de la cantárida y sus consecuencias. En su novela El general en su laberinto describe los últimos momentos de Simón Bolívar; un fragmento es el siguiente:Temiendo una congestión cerebral, lo sometió a un tratamiento de vejigatorios para evacuar el catarro acumulado en la cabeza. Este tratamiento consistía en un parche de cantárida, un insecto cáustico que al ser molido y aplicado sobre la piel producía vejigas capaces de absorber los medicamentos. El doctor Révérend le aplicó al general moribundo cinco vejigatorios en la nuca y uno en la pantorrilla. Un siglo y medio después, numerosos médicos seguían pensando que la causa inmediata de la muerte habían sido estos parches abrasivos, que provocaron un desorden urinario con micciones involuntarias, y luego dolorosas y por último ensangrentadas, hasta dejar la vejiga seca y pegada a la pelvis, como el doctor Révérend lo comprobó en la autopsia. (Ver en WP)Gabriel García Márquez, “El general en su laberinto”. Ed. Oveja Negra, Bogotá: 1989.