Habíamos pensado en titular este editorial, ¿La culpa es de China? porque:
Dentífricos contaminados con etilen glicol,
comida para mascotas con tóxicos,
jarabes dañinos, neumáticos defectuosos,
juguetes tóxicos… y ahora
alimentos no aptos para el consumo humano. Con este texto comienza uno de los artículos de prensa recomendados este mes, cuestionando productos de China [
Ver ]. En un
artículo reciente decíamos: "Si se considera el número siempre creciente de sustancias químicas que pueden producir cuadros tóxicos y la diversidad de sus usos y procesos, es posible entender que en el ejercicio de la toxicología clínica se presenten nuevas situaciones…" y agregaríamos ahora, y/o se actualicen otras que creíamos olvidadas, como el plomo en los juguetes. El formidable crecimiento de
China y la presencia de sus productos en todo el mundo [
Ver ] [ ver:
China no es una burbuja ] hace que este tema, que obviamente excede a la toxicología, permita dejar en evidencia los mínimos controles que se realizan en Estados Unidos sobre las importaciones (en este caso desde China).
Lo mismo sucede en España. Y ni que pensar lo que puede suceder en los países latinoamericanos (recordar la epidemia de
dietilenglicol en
Nicaragua, 2006, en
Boletín Nº 47). En "
Cuando los juguetes enferman",instabamos a las autoridades regulatorias a consultar con expertos y extremar controles, antes de la autorización de importación de juguetes. En síntesis: la respuesta a la pregunta (¿La culpa es de China?) es otro interrogante: ¿y/o de las agencias reguladoras que no controlan el ingreso de sus productos?. Sin embargo fueron tantas las noticias relacionadas con tóxicos que le cambiamos el título. Pocas veces, desde el inicio de nuestros boletines, tuvimos que seleccionar entre tantas noticias. Y por eso nos salió un boletín "bien gordo" que esperamos sea de vuestro agrado. Por el nuevo formato de nuestro sitio, le recomendamos también visitar la sección en inglés, porque las noticias cuyo origen son en esa lengua suelen estar mejor desarrolladas. Hasta el próximo número. JCP