Los "poppers" se encuentran en las estanterías de las tiendas de sexo, empacados en pequeñas y coloridas botellitas con nombres como Buzz (zumbido), Rush (euforia), Bullseye (blanco).Es parte de los esfuerzos del gobierno por prohibir los llamados "legal highs", estupefacientes o estimulantes que pueden producir efectos similares a, por ejemplo, la cocaína o el éxtasis, pero que, por varias razones, no estaban clasificados como drogas ilícitas.
La inhalación de "poppers" relaja los músculos y causa euforia.El acta ha sido redactada en términos muy amplios, describiendo las sustancias psicoactivas como algo "capaz de producir un efecto psicoactivo en la persona que las consume".Unos señalan, entre varias críticas, que el gobierno no manifiesta una preocupación similar con otras sustancias legales que están vinculadas a muertes, como el alcohol, la cafeína y el tabaco.Y hay indicaciones que la prohibición de los "poppers" pueda ser derogada. Pero, hasta que eso suceda, habrá redadas en los expendios y, sin duda, arrestos por posesión y distribución.La policía ya ha realizado operativos de "recaudación de inteligencia" en los que incautaron las, por ahora, sustancias legales en varios locales del centro y occidente de Inglaterra.
En la época del disco, en los años 70, los "poppers" se volvieron de uso cotidiano.
El nitrito de amilo venía en ampolletas que se rompían para inhalar el contenido.
Las fiestas "rave" fueron muy influenciadas por la cultura gay.
Las tiendas de artículos sexuales podrían estar en la mira de las autoridades.
El parlamentario conservador Crispin Blunt reveló su uso de "poppers".