Los autores del trabajo formaron dos grupos de 127 clínicos, médicos de familia y ginecólogos de la Ciudad de Buenos Aires, La Plata y el centro de la provincia de Buenos Aires: uno de ellos recibió un intenso entrenamiento para ayudar a sus pacientes a dejar de fumar y el otro no recibió capacitación adicional. Luego, monitorearon el efecto de esta intervención sobre 1.378 pacientes asistidos por profesionales de uno u otro grupo.