Nada más ver el impacto que estaba teniendo en la población, se creó un dispositivo especial sanitario para este tipo de enfermos creando unidades especiales para atender su patología.
Raúl Martín Sánchez, presidente de ACASTA (Asociación de consumidores afectados por el síndrome tóxico de Ávila), también opina lo mismo, "No quieren ni oir hablar de eso. Les prometieron la invalidez de por vida y eso luego no fue así, queda mucha gente sin invalidez y eso no es justo", apunta.
El presidente de ACASTA cuenta que escribió en el año 2008 una carta a José Luis Rodríguez Zapatero, de la que según él, aún no ha recibido respuesta. En ella, le pedía una solución para los afectados mediante un sustento económico que garantizara su normal desenvolvimiento familiar.
"Hay afectados que en aquel año eran niños, y la intoxicación les causó estragos en la salud que les imposibilita trabajar, sin que por su aspecto físico puedan ser catalogados como invalidos, y por tanto acogerse a la Ley de Dependencia", explica en su carta.
Y es que, como denuncia C.S.C., siguen siendo enfermos que necesitan sanación. "No somos subsidiarios, seguimos estando ahí, que no nos descuiden, que el recuerdo no solo sea cuando se cumple cada década, aunque bienvenido sea".