Tal fue el impacto que tuvo en la sociedad de aquel entonces que, por su llamativo y brillante color verde, muchos diseñadores de joyas y de productos de belleza también se animaron a utilizarlo.
El pigmento que también causó estragos por culpa de la radioactividad fue el naranja. Hubo un tiempo en que los fabricantes de vajillas de cerámica se servían del óxido de uranio para colorear los esmaltes. Este compuesto se obtenía de la combinación de brillantes rojos y naranjas, tan atractivos a nuestros ojos como peligrosos para nuestra salud por la fuerte radiación que emitían. Sin embargo, nadie fue consciente de esto hasta finales de 1800, cuando se hizo evidente que el contacto con estos materiales podían provocar un cáncer entre los humanos.
Todo lo que nunca quisiste saber acerca de los temas más azarosos, siempre desde la mirada vitriólica (y un poco daltónica) de sus creadores: Iñaki Berazaluce y Daniel Civantos, a quienes probablemente conocerás por haber hundido previamente Sonotone.com, el Desternillador, La Cacharrería y Mundo Insólito, entre otros muchos pecios en Internet.