Una de las tres bombas nucleares que cayeron en tierra firme en Palomares. EL MUNDOPero ese día algo era diferente.Mientras dos de ellos esperaban su turno, un bombardero B-52, que debía regresar a EEUU después de que el mando militar decidiese que no debía lanzar las cuatro bombas atómicas que llevaba en su bodega sobre territorio ruso, se acercaba al avión de reabastecimiento que debía recargar sus tanques de combustible cuando los pilotos del B-52 notaron que algo iba mal.
Una recolectora de tomates posa sin temor junto al fuselaje de un avión militar siniestrado en Palomares, el 17 de enero de 1966. ANDRÉ DEL AMO
Una pandilla de niños observa el lugar donde cayeron los restos del B-52 estadounidense, cargado con cuatro bombas atómicas. Cada una con una potencia 300 veces mayor que la de Hiroshima.ANDRÉ DEL AMO
Decenas de barriles TITO DEL AMO
Fotografía tomada desde un helicóptero TITO DEL AMO