Foto: Karol PilchEn febrero de 2014, Ana Cecilia se enteró de que padecía un tipo de cáncer muy específico, denominado mesotelioma pleural, que sucede por exposición a las fibras de asbesto, un mineral de amplio uso en la industria, especialmente de la construcción.Cuando el cirujano del tórax le preguntó si había tenido contacto con el asbesto, ella indicó que no. “En ese barrio donde viví hasta los 17 años, (Pablo Neruda, cerca a Sibaté, en Cundinamarca, Bogotá) la fábrica de Eternit arrojaba sus desechos en la laguna del Muña. Las calles del barrio se llenaban de un polvo por esos desechos con los que se levantaban las calles, jugábamos a las escondidas entre los tubos rotos que dejaba la fábrica. El médico me explicó que esos desechos contenían un elemento llamado asbesto, me dijo que él tenía muchos pacientes de esa zona, algunos vivos, otros no, que también padecieron mesoteliomas”.