De cuando la heroína se vendía en farmacias y la aspirina perjudicaba al corazón. Por Gema de la Asunción (CSIC)*. 20minutos.es. 16/09/17. ¿Sabías que en 1898 la heroína se podía comprar sin receta en las farmacias de forma legal? Los laboratorios Bayer la vendían como cura milagrosa e inocua en forma de jarabe para los niños contra el catarro y otras enfermedades respiratorias. Su historia tiene mucho que ver con la del fármaco estrella de la compañía: la aspirina. Aunque ambas fueron creadas casi a la vez, el futuro les deparó una suerte bien distinta. A finales del siglo xix, debido al incremento de la tuberculosis y la neumonía, los químicos de los laboratorios Bayer buscaban un fármaco supresor de la tos sin los efectos adictivos de la morfina. La síntesis se encargó al químico Félix Hoffmann, quien, además de conseguir heroína (diacetilmorfina), obtuvo una variante del ácido salicílico químicamente estable y sin sus efectos secundarios (principalmente vómitos y un intenso sabor amargo).
Había nacido el ácido acetil salicílico (AAS), comercializado luego como Aspirina.Al evaluar ambos productos, el jefe de farmacología quedó tan impresionado por la diacetilmorfina que rechazó el AAS, alegando que no tenía interés y que incluso podía ser tóxico para el corazón. Decidieron centrarse en el primero. Le pusieron de nombre comercial Heroína, por lo “heroico” que decía sentirse todo aquel que la probaba. Lanzada en 1898, en pocos meses la heroína se convirtió en un gran éxito como remedio para todo tipo de afecciones respiratorias, no solo en adultos, también para los más pequeños. Ni siquiera hacía falta receta médica. En España varios periódicos de la época muestran anuncios con “las bondades” del jarabe de heroína: “La tos desaparece con Jarabe de Heroína”, “En la estación lluviosa: Jarabe de Heroína”. Pero eso no es todo, la droga se convirtió también en el bálsamo perfecto para sustituir a la morfina, pues se pensaba que era mucho más eficaz que ésta con la ventaja de que carecía de sus efectos adictivos. Fue por poco tiempo. Enseguida aparecieron los primeros problemas y cada vez se hicieron más frecuentes. Se descubrió que la heroína se convierte en morfina al ser absorbida en el hígado y que provoca un “enganche” mucho mayor que la morfina. En 1913, el gigante farmacéutico alemán detuvo la producción de heroína. Mientras, la aspirina, rechazada inicialmente, había demostrado en ensayos clínicos buenos resultados y menos toxicidad que el ácido salicílico. Comercializada en 1899, poco a poco empezó a ganar protagonismo por sus múltiples beneficios: alivio del dolor, antiinflamatorio, reducción de la fiebre… y otros muchos. Tanto es así que la aspirina, como cuentan las investigadoras Pilar Goya y Mª Isabel Martín en su libro Qué sabemos del dolor, está considerada probablemente el medicamento más utilizado de todos los tiempos y, en la actualidad, también se recomienda para proteger el corazón del riesgo de infarto… ¡Ironías de la ciencia!
* Gema de la Asunción es la responsable de la Unidad de Cultura Científica del Centro de Química Orgánica Lora-Tamayo (CENQUIOR) del CSIC.