El estudio midió el nivel de presencia de las partículas contaminantes PM 2,5, las más finas y pequeñas, y por lo tanto más perjudiciales porque penetran directamente en los pulmones. Cuanto mayor presencia, más posibilidad de fallecimientos por infartos, ataques cerebrales o enfermedades pulmonares como cáncer, asma o infecciones agudas. No es un tema menor si se tiene en cuenta que, según la OMS, unas 3,7 millones de personas menores de 60 años murieron en 2012 a causa de la contaminación atmosférica. Lo aceptable para la OMS es que exista una media anual de hasta 10 microgramos por metro cúbico. Buenos Aires está en 16. En el caso de las partículas PM 10, más grandes y menos dañinas, lo ideal es una media anual menor de 20 microgramos por m3, pero la Capital Federal alcanza los 30.
Coches en una carretera de la ciudad de Beijing, China, donde puede verse la contaminación ambiental. AFP
Muchos centros urbanos están tan envueltos en aire sucio que sus horizontes son invisibles. En la imagen, Hong Kong. / Daniel E Lee