Este pequeño gorrión corona blanca ha participado en el experimento para monitorizar su comportamiento tras el consumo de semillas tratadas con insecticida. El ave lleva un radiotransmisor diminuto para rastrear sus movimientos migratorios. / Margaret EngEn América del Norte, el 74 % de las poblaciones de aves migratorias que dependen del hábitat agrícola han disminuido significativamente desde 1966, y los pesticidas podrían estar contribuyendo en parte a este declive.
Semillas de cereales cubiertas de pesticida. / Margaret EngPrimera evidencia de los efectos negativosLas científicas realizaron un experimento con gorriones, expuestos a pequeñas dosis de imidacloprid durante una escala en su migración de primavera al sur de Ontario (Canadá). Así pudieron comprobar que al consumir alimento cubierto de insecticida, las aves reducían su carga de grasa, lo que les hacía retrasar el momento de reanudar su viaje.
La investigadora Christy Morrissey. / University of SaskatchewanReferencia bibliográfica: