La necropsia confirma la muerte por veneno de un lince en Extremadura. elperiodico.com. 02/09/14. El ejemplar fue liberado en junio dentro de un programa para la reintroducción de la especie. La necropsia del lince ibérico hallado muerto el pasado día 26 de agosto en Valencia de las Torres (Badajoz) ha confirmado que el animal murió envenenado. El ejemplar es uno de los ocho que este año se han liberado en el valle del Matachel dentro del programa Life-Iberlince destinado a la reintroducción de la especie en Extremadura y Portugal.Leer relacionado:También necesitamos…celebrar la recuperación del lince ibérico
Un lince ibérico de peluche
(Sertox)
El lince ibérico K2, fotografiado recientemente con una cámara de fototrampeo. LIFE IBERLINCEEl Gobierno extremeño ha informado en un nota de prensa que se van a investigar los hechos acaecidos hasta el "esclarecimiento" del suceso. El Ejecutivo autonómico asume que las muertes por atropello, causas naturales o dificultades de adaptación formaban parte de las posibilidades, pero un envenenamiento es una situación particularmente dolorosa.
El animal, un macho radiomarcado, había sido liberado el 20 de junio en compañía de otro macho bautizado como Komodo. Los animales proceden del centro de cría del lince ibérico de Silves (Portugal), donde a su vez llegan ejemplares jóvenes procedentes de instalaciones similares de Andalucía.
También en Castilla-La Mancha
La especie se extinguió en Extremadura hace unas tres décadas. Otros ocho linces, todos fruto de los programas de cría en cautividad, se han soltado en Castilla-La Mancha con el mismo objetivo de la reintroducción.
La asociación WWF lamenta que Extremadura sea "una de las pocas comunidades autónomas" que no cuenta con una estrategia regional contra el uso de veneno. "WWF espera que se ponga ante la justicia a los responsables de esta muerte intolerable, y que el Gobierno de Extremadura responda con contundencia reforzando la lucha contra la lacra del veneno y aprobando urgentemente la estrategia regional", insiste en una nota informativa.
"El uso del veneno es un gran problema en Extremadura, una de las regiones de Europa más importante por su diversidad de especies en peligro", añade WWF. Por ejemplo, entre enero del 2011 y mayo del 2013 se confirmaron 19 casos de envenenamiento de milano real.
Leer relacionado: Un conejo envenenado fue el cebo utilizado para matar al lince k2. eldiario.es. 05/09/14.No ha quedado claro por qué el gobierno de Monago decidió eliminar la unidad canina de detección de venenos en el campo.Ejemplar de lince El lince K2 fue salvajemente envenado de manera premeditada. Para matar al lince, se utilizó de cebo un conejo con veneno en su interior que habría sido comido por K2 y habría provocado su muerte. Así se desprende de los primeros datos del análisis realizado al animal, que mostraron restos cárnicos y pelo de conejo impregnados con una sustancia granulada de color negruzco, identificado como un compuesto extremadamente tóxico y que está retirado del mercado y prohibido en el medio natural desde el año 2011. Estos datos fueron dados a conocer anoche por la Junta de Extremadura, en una nota informativa en la que califican esos hechos como “de una práctica delictiva, penada por la ley, motivo por el cual las investigaciones siguen abiertas y no es conveniente dar mayor información para no entorpecer el buen desarrollo de las mismas”.La Junta de Extremadura no ha respondido aún a las preguntas sobre en qué lugar concreto falleció el lince, pese a que todos sus movimientos pueden ser rastreados conforme a las emisiones del collar de radioseguimiento que portaba. Tampoco ha quedado nada claro, más bien todo lo contrario, por qué el PP decidió eliminar la unidad canina de detección de venenos en el campo y regalar los tres pastores belgas a la Guardia Civil. Hace tres años, cuando la Junta decidió regalar los tres perros especializados a una unidad de la Guardia Civil de El Pardo, el comunicado oficial dijo que entregaban a los perros (comprados por 12.800 euros) para evitar derroches derivados de su mantenimiento. Sin embargo, el director general de Medio Ambiente ofreció anoche una versión diferente señalando que las actividades de los perros entrenados para buscar venenos "deben ser gestionadas por la Guardia Civil o Seprona, motivo por el cual se decidió cederlos a dicho cuerpo de seguridad y vigilancia”. Al mismo tiempo, ha subrayado que los datos sobre especies e individuos envenenados en la región vertidos por el diputado socialista Rodríguez Osuna son erróneos, pero no ha ofrecido datos oficiales. El director de Medio Ambiente reconoció la veracidad de la denuncia de la asociación conservacionista WWF en la que se afirmaba que Extremadura es una de las escasas comunidades que aún no tiene una estrategia de venenos, pero ya anuncia que se va a crear antes de que acabe este año.
______________________________________________________________________________________________________Leer relacionado: K2 el lince envenenado. Por Miguel del Pino. libertaddigital.com. 07/09/14.Se llamaba K2 y era uno de los ocho linces liberados en la Comunidad de Extremadura por el proyecto Life de reintroducción de la especie, ha sido encontrado muerto, por envenenamiento, en la localidad pacense de Valencia de las Torres, un municipio próximo a Llerena. Hasta aquí la noticia, una más en lo que se refiere al desastre que el veneno está produciendo en los campos y montes españoles, pero algo especialmente doloroso para quien escribe estas lineas en Libertad Digital. Como naturalista puedo estar orgulloso de haber tenido excelentes profesores, Bernis, Valverde, Balcells, verdaderas glorias de la ecología española, pero de ninguno de ellos aprendí tanto como de un naturalista nacido en 1908 en Valencia de las Torres. Se llamaba Amador y fue el responsable de mi vocación naturalista. Me contaba anécdotas e historias del campo de Valencia de las Torres que describían a un verdadero paraíso de la naturaleza, y me decía que en los jarales y en las faldas de la sierra existía el lince, al que entonces llamaban "gato cerval", y el gato montés en el bosque, y tantas y tantas criaturas silvestres que en los años veinte del pasado siglo eran todavía abundantes. Me hablaba de un arroyo cuyos galápagos eran tan grandes que llegaban a depredar sobre los patitos. Eran por supuesto galápagos autóctonos, no sé si leprosos o europeos, pero entonces todavía no se le había ocurrido a nadie la idea de importar bebés de galápagos americanos para criarlos, cansarse de ellos y liberarlos en nuestras aguas dulces creando así un auténtico problema ecológico. En aquellas fértiles zonas extremeñas se practicaba una caza de verdadera subsistencia, y por tanto sostenible por demás. Eran tiempos en que en la España rural no sobraba la proteína animal para las clases desfavorecidas, de manera que una pieza de caza venía a asegurar que aquel día se comería algo más que arenques de barril. No es extraño que se venerara a los buenos perros, y se los cuidara como merecían. Ma hablaba con frecuencia de una perrilla, llamada Diana, ¿cuántas perras de caza habrán tenido ese nombre en España? Era "garabita", es decir, mestiza de podenco, y tan buena que cuando entraba en el corral cerraba los ojos para no ver pasear cerca de ella a los conejos domésticos y así evitar malas tentaciones. Diana vivió 24 años, y con esta edad salió un día sola al campo para volver con su última presa, un conejo que sólo sujetaba, porque ya no tenía ninguna pieza dentaria. Soltaron al conejillo y dejaron que la hazaña de Diana quedara para la particular historia de la familia. Verdaderamente bien se merecían el uno el indulto y la otra las felicitaciones y caricias que se le rindieron. Me recomendó que nunca contara a nadie una vivencia de su infancia, pero tantos años después voy a romper el secreto: nuestro naturalista recorría un camino próximo al pueblo, a lomos de un burrillo y llevando en brazos a su pequeño hermano de sólo dos años de edad, cuando un águila de gran tamaño ralizó varias pasadas sobre su cabeza bajando el "tren de aterrizaje" y mostrando muy cerca sus fuertes garras. Pensando que quería arrebatarle al niño se defendió blandiendo una vara, me dijo que de fresno, algo imprescindible entonces para pasear por el campo. No existen datos documentados de ataques al hombre por parte de grandes águilas en la Península Ibérica, que pueden considerarse por tanto inofensivas, de manera que el relato presenta interés aunque no se puedan demostrar los hechos. En una ocasión, recordando aquello sobre el terreno, me mostró una gran piedra situada cerca del camino y me aclaró que "allí fue a posarse el águila después de hacer las pasadas sobre ellos". Lo más probable es que la gran rapaz tuviera cerca su nido y sólo tratara de alejarlos de su territorio, pero verdaderamente, la Extremadura rural de los comienzos del siglo XX era un paraíso natural dificil hoy incluso de imaginar en su extrema riqueza. De él aprendí muchos nombres locales de los animales, como la "coguta", esa alondra moñuda a la que en otras parte de España llaman "cogujada", y también algunas exquisiteces para el paladar, como la pequeña trufa blanca llamada "criadilla de tierra" y el excelente matrimonio que forma con las patatas en un revuelto bien aliñado. Ante los aromas maravillosos de esta trufa, semejante a una pequeña patata, no es extraño que los extremeños, al llegar a América, rechazaran por insípidas las verdaderas patatas, que como es lógico comparaban con las criadillas de su tierra. En definitiva, la castigada Extremadura se merece tener de nuevo linces, de manera que hay que pedir a las autoridades de la zona que investiguen y colaboren para que el veneno pase definitivamente al olvido. Hay que reconstruir el paraíso naturalista perdido y entonces, poniendo en valor la infinita riqueza ecológica de los campos y sierras extremeños, pensar en el complemento para el desarrollo que puede suponer no ya el turismo rural, sino el turismo de naturaleza y de observación de animales. Ver el nombre de Valencia de las Torres envuelto en un tema tan triste ha sido especialmente doloroso para mí, y me esmero en pedir al Sr. Alcalde que colabore para limpiar el campo y el nombre de una localidad extraordinaria. Y lo digo en homenaje a aquel naturalista del que tanto aprendí. Quizá ya lo han averiguado. Era mi padre. _____________________________________________________________________________________________________
Leer relacionado: No desvelan donde murió envenado el lince K2. eldiario.es. 12/09/14. Los socialistas piden transparencia y la Junta dice que podría entorpecer la investigación. La muerte del lince k2, envenenado utilizando como cebo un conejo con un potente veneno, sigue arrojando diversos interrogantes y ayer la Junta de Extremadura no facilitó ni un nuevo dato al respecto. Ley del silencio. En este caso, el consejero de Agricultura argumentó que estando el asunto en manos de la Guardia Civil hacer públicos los datos de donde murió el lince podría entorpecer la investigación.Se sospecha que el el cadáver fue movido de sitio en Valencia de las TorresLos socialistas llevaron ayer a la Asamblea una sospecha, que según su portavoz Valentín García, empieza a tomar cuerpo. El lince podría haber sido envenenado en una finca y luego el cuerpo habría sido trasladado a otra para desviar sospechas. En realidad, no parece difícil determinar con precisión por donde se movió el felino ya que estos animales reintroducidos en Extremadura meses atrás mediante un proyecto piloto financiado con fondos europeos llevan un radiotransmisor que sitúa su situación en cada momento. El rumor que circula ya por Valencia de las Torres, el núcleo urbano en el que apareció muerto K2, es que la muerte se habría producido en una gran finca y luego alguien habría movido el cuerpo a otros parajes. Recuperar la unidad canina Por otra parte, tanto socialistas como el IU reprocharon al Gobierno extremeño que sea una de las pocas comunidades en las que aún no existe una estrategia anti venenos, a pesar de las numerosas especies protegidas que habitan en la Comunidad. El consejero de Agricultura indicó que antes de que acabe el año estará elaborada esa estrategia. También escucho críticas el consejero de Agricultura José Antonio Echávarri por haber desmontado la unidad canina de detección de venenos. La citada unidad constaba de 3 perros adiestrados en la detección de venenos en el campo y había sido adquirida por el anterior gobierno socialista. Una de las primeras medidas del Gobierno del PP fue regalar esos perros , que habían costado 12.000 euros, a la Guardia Civil de El Pardo. Socialistas e IU exigieron ayer al Gobierno regional que pida la devolución de los tres canes y vuelva a poner en servicio esa unidad de detección de venenos para evitar algunas de las múltiples muertes por cebos que se vienen produciendo entre la fauna protegida regional.