En Argentina, sólo el 40% de los residuos urbanos son dispuestos sanitariamente1, mientras que el resto cuenta con insuficiente manejo, disponiéndose en algunas ocasiones residuos domiciliarios junto conresiduos industriales y provenientes de la atención de la salud. Sin embargo, a la hora de querer disminuir los impactos negativos, no es suficiente con mejorar la recolección y disposición final de losresiduos: es necesaria una gestión integral que conduzca a la minimización de su generación, aplicando el concepto de las “3R” (reducir, reutilizar y reciclar).
Los Establecimientos de Atención de la Salud (EAS), en todos sus niveles de complejidad y especialidad, tienen la responsabilidad de proteger el ambiente, la salud de sus trabajadores, pacientes y público concurrente a los mismos. Parte de esa responsabilidad reside en promover una gestión integral de los residuos que generan, que contemple minimizar la cantidad y peligrosidad de los mismos. Un adecuado manejo interno, transporte, tratamiento y disposición final de los residuos constituye uno de los componentes de la calidad de la prestación de los EAS. La Organización Mundial de la Salud (OMS)2 refiere que entre el 75 al 90% de los residuos generados en los EAS pueden ser asimilables a losgenerados en la comunidad (residuos domiciliarios) y el resto presenta características de peligrosidad a evaluar.
La variada complejidad de los EAS hace necesario establecer directrices para la gestión de los residuos que cumplan no sólo estándares de seguridad y eficiencia sino que consideren también las característicasdel trabajo en cada establecimiento, su ubicación geográfica, el contexto local y la gestión de los mismos en la jurisdicción. Las presentes directrices fueron puestas a consideración y discusión de las jurisdicciones en diversas reuniones nacionales de consenso4 convocadas a tal fin.