Normalmente, a través del ciclo fisiológico de oxigenación y desoxigenación el hierro del hem de la hemoglobina permanece en estado ferroso. O sea que tanto en la oxihemoglobinemia como en la hemoglobina reducida el hierro es ferroso. Esto sucede gracias a que la estructura intrínseca de la hemoglobina protege al hierro de la oxidación y a los mecanismos protectores y reductores de que dispone el eritrocito.
La reducción de la hemoglobina en los eritrocitos del hombre depende sobre todo de la actividad de un sistema de la metahemoglobinemia diaforasa dependiente de NADH. El NADH que utiliza este sistema es generado por la gliceraldehido 3 P dehidrogenasa de la vía de Embdem- Meyerhof de la glucólisis. Otro sistema menos importante es el de la reductasa de la metahemoglobina con fosfato de NADH (NADPH) que requiere un portador eficaz de electrones para resultar útil en la reducción de la metahemoglobinemia. Hay otros sistemas menos importantes aún como el de reducción no enzimática por ácido ascórbico o glutation reducido.
De acuerdo a lo planteado, las posibilidades que se produzca metahemoglobinemia son fundamentalmente 3:
El grupo que nos interesa ahora es el de las metahemoglobinemias tóxicas, que se producen cuando el agente penetra al eritrocito y transforma la hemoglobina Fe++ a Fe+++ a una velocidad que excede la actividad de los mecanismos reductores de metahemoglobina combinados de la célula. Otro mecanismo de producción de metahemoglobinemia sería por hemólisis. Al romperse los eritrocitos se rompe la proximidad topográfica de los compuestos esenciales de los mecanismos reductores enzimáticos. Se produce metahemoglobinemia por conversión autooxidativa de la hemoglobina y como la capacidad reductora del plasma es escasa, la metahemoglobinemia puede alcanzar valores importantes. ( Este mecanismo es menos importante porque cuando hay hemólisis la metahemoglobinemia está oscurecida por otros fenómenos mucho más importantes como la anemia hemolítica y la hemoglobinuría).
Lo más típico es el caso de aquellas sustancias que tienen en sí mismo potenciales de oxidación suficientemente altos para oxidar la hemoglobina a metahemoglobina directamente in vivo o in vitro. Esto sucede por ejemplo con las quinonas y otros compuestos de la industria de los colorantes.
Puede ser también por la formación de complejos catalíticos como sucede con el clorato (presente en los fósforos antiguos, antisépticos bucales o como producto de biotransformación del hipoclorito). Este se combina con las pequeñas cantidades que normalmente hay de metahemoglobina en el G.R. formando el clorato de metahemoglobina que es un potente catalizador de la reacción hemoglobina metahemoglobina.
El mecanismo por el cual los nitritos producen metahemoglobina es más complejo (se formaría nitrohemoglobina y nitrometahemoglobina). En los casos de los nitratos deben sufrir primero biotransformación y pasar a nitritos antes de que puedan formar metahemoglobina, lo mismo sucede, con aminas aromáticas y compuestos nitro que deben sufrir biotransformaciones previas a producir metahemoglobina (En estos casos se consideran que sólo produce metahemoglobina in vivo).
El último mecanismo a mencionar es el de aquellas sustancias (como la fenilhidrazina, aminofenoles, etc.) cuyo potencial de óxido reducción está por muy debajo de la hemoglobina y actúan así más como reductores que como oxidantes. Se cree acá, que se formaría peróxido de hidrogeno, que sería en ultima instancia, quien oxidaría a la hemoglobina.
La importancia de conocer el mecanismo de producción
es que el curso de la metahemoglobina depende del agente causal.
Nos interesa así que sí el agente activo es
un producto de biotransformación, el principio de la
metahemoglobina puede estar retrasado considerablemente y
la duración ser marcadamente prolongada (hasta que
se complete la metabolización y/o excreción
subsecuente).
Así como regla general, puede afirmarse, que los formadores
directos de metahemoglobina tienen un principio relativamente
rápido y una duración de acción corta
comparados con las sustancias que actúan indirectamente.
Dos ejemplo para reafirmar esto:
La ingestión de un gramo de nitrito de sodio ha dado
por resultado una metahemoglobina grave en el término
de media hora a una hora (como puede ocurrir durante el consumo
de una comida de carne excesivamente tratada) y esta metahemoglobina
desaparece en 2 a 6 horas.
Por otra parte después de absorción de nitrobenceno
se alcanzan niveles máximos de metahemoglobina después
de 15 o más horas y declinan lentamente en otras 48
a 72 horas.
Respecto a los agentes metahemoglobizantes fuimos nombrando
algunos al explicar el mecanismo por el cual producen metahemoglobinemia.
Podríamos continuar enumerando una lista de más
de cien drogas y tóxicos que han producido metahemoglobinemia,
pero solo mencionaremos a aquellas que nos deben hacer sospechar
con mayor frecuencia en metahemoglobinemia y la situación
en la cual se puede producir (situación que está
muy relacionada con la edad de los pacientes).
En los lactantes la causa más importante que motiva
esta entidad clínica es la ingestión de agua
con nitritos. Los casos pueden aparecer en forma epidémica,
sobre todo en períodos de lluvia intensa, cuando sube
el nivel de las aguas de los pozos, produciéndose la
contaminación con desechos cloacales. El hallazgo de
nitritos en el agua nos ayuda al diagnostico y su presencia
en sangre y/u orina por encima de los valores considerados
normales lo confirma. Los nitratos inorgánicos, de
por si no metahemoglobizantes pueden causar metahemoglobinemia
en lactantes menores de 6 meses por el uso para la preparación
de sus formulas alimenticias de agua con nitrato. La vulnerabilidad
de los lactantes a estas sustancias se debe a tres factores.
Primero, en estos lactantes las enterobacterias reductoras
de nitrato invaden y crecen en la parte superior del tubo
gastrointestinal en donde el pH del contenido gástrico
se eleva por encima de 5. Estas bacterias enteropatógenas
reducen el nitrato a nitrito que se absorbe y forma metahemoglobina.
(Por este mecanismo también se han descripto casos
por la ingestión de espinacas cultivadas en suelo abonado
con nitratos, por el uso de leche en polvo con alto tenor
en los mismos o por el uso de medicamentos con subnitrato
de bismuto). Segundo, la hemoglobina fetal se convierte con
más facilidad en metahemoglobina que la forma adulta
y los pequeños tienen todavía cantidades considerables
de hemoglobina fetal en su sangre. Tercero, los infantes son
menos capaces que los niños mayores de reducir la metahemoglobina
a la forma ferrosa, debido a que son deficientes en las enzimas
esenciales.
En los niños de uno a tres años la causa más
común es la ingestión accidental de productos
capaces de ocasionar metahemoglobinemia: anilinas, tinturas
de zapatos, formol, algunos medicamentos como permanganato
de potasio, sulfonas, etc. También hemos atendido varios
chicos de esta edad con metahemoglobinemia (algunas de ellas
severas) por ingestión y/o inhalación de "purpurinas".
Se mencionan varios casos pediátricos por ingestión
de productos para uñas artificiales que contienen nitroetano.
En el niño mayor la causa más frecuente de metahemoglobinemia
es la absorción percutánea de anilinas provenientes
de zapatos o zapatillas teñidos y medias.
En adultos las causas pueden ser ocupacionales o suicidas.
Ocupacionales en industria de anilina, nitroanilina, toluidina,
nitrobenceno, y otros compuestos aminados y nitrados, herbicidas,
etc. Suicida utilizando medicamentos como sulfonas, nitratos,
anestésicos locales, etc.
En algunas ocasiones aunque se diagnostique la metahemoglobinemia,
resulta difícil encontrar la fuente productora, como
en los siguientes ejemplos:
Como ya se mencionó, la metahemoglobina no transporta
gases sanguíneos y es un pigmento temporal inerte.
A medida que aumenta la concentración de metahemoglobina
causa un desplazamiento hacia la izquierda de la curva de
disociación de oxígeno de la hemoglobina ferrosa
intraeritrocitaria remanente.
De acuerdo al grado de la metahemoglobina será el grado
de hipoxia anémica, desde una fácil fatigabilidad
y disnea de esfuerzo hasta el grado máximo de coma,
estupor y muerte.
En la metahemoglobina tóxica el cuadro es más
complicado y muy difícil establecer relaciones entre
determinados porcentajes de metahemoglobina y la gravedad
de la enfermedad clínica resultante. Una de las razones
para ello es el hecho de que los niveles de metahemoglobina
de la sangre extraída de los individuos afectados continúa
cambiando in vitro (siguen actuando los mecanismos reductores
enzimáticos), de manera que, para cuando se analizan
las muestras se obtienen valores que pueden ser inferiores
a los valores reales del momento de la toma de la muestra.
Pero aún siguiendo las indicaciones que nos dan los
bioquímicos toxicólogos intervienen otros elementos
para complicarnos las cosas. Uno es que la mayor parte de
los agentes metahemoglobizantes tienen efectos tóxicos
adicionales agudos y/o tóxicos que son independientes
de su acción metahemoglobinizante y generalmente más
serios.
El clorato daña mucho más por sus efectos corrosivos,
hemolíticos y nefrotóxicos que por metahemoglobinemia.
Los nitritos son vasodilatadores y pueden producir hipotensión
ortostática, taquicardia refleja y colapso cardiovascular
que pueden ser mucho más importante que la anemia anóxica
de la metahemoglobinemia.
Otros compuestos como la nitroanilina son depresores del SNC
y causan toxicidad hepatorrenal además de su acción
productora de metahemoglobina y así deberíamos
continuar enumerando con cada agente metahemoglobinizante.
A pesar de lo expuesto, para el caso de los nitritos se puede
considerar que los niveles de metahemoglobina se correlacionan
bastante bien con los síntomas en la mayoría
de los casos:
0-3% |
Nivel normal |
3-10% |
Sin síntomas clínicos |
10-15% |
Nada o ligera coloración cutánea grisácea.
|
15-20% |
Cianosis azul-grisácea generalizada, usualmente asintomática |
20-45% |
Cefalea, fatiga, mareos, intolerancia a los ejercicios, síncope. |
45-55% |
Aumento en la depresión del SNC |
55-65 |
Coma, convulsiones, falla cardíaca, arritmias, acidosis metabólica. |
>65% |
Alta incidencia de mortalidad |
Algunos factores que favorecen la aparición de metahemoglobinemia
son:
Como se mencionara antes, la metahemoglobina producida por
agentes químicos usualmente tiene efectos tóxicos
adicionales que contribuyen al síndrome tóxico.
No obstante, la reducción en los niveles circulantes
de metahemoglobinemia en pacientes sintomáticos es
un objetivo terapéutico lógico y deseable. Para
agentes que también producen hemólisis esto
no sirve, excepto si se realiza exanguineotransfusión.
Si la metahemoglobina es intracelular y los glóbulos
son normales la administración de azul de metileno
puede resultar en respuestas espectaculares. El colorante
actúa como un aceptor de electrones intermediario entre
el NADPH y la metahemoglobina. La secuencia del transporte
de electrones es como muestra la imágen adjunta.
El azul de metileno debe usarse si las cifras de metahemoglobina
son superiores al 30% (cuando se puede disponer rápidamente
de esta determinación) o cuando los síntomas
de anoxia son evidentes. La dosis es de un miligramo por kilo
de peso y no se debe exceder de 2 miligramos por kilo de peso.
Se debe tener cuidado con el uso del azul de metileno a dosis altas
porque, paradójicamente, produce metahemoglobinemia
(por oxidación directa, aunque aparentemente esto es
clínicamente insignificante) así como también
hemólisis (especialmente en individuos deficientes
de glucosa 6 fosfato) y disnea, ansiedad y/o depresión
del SNC.
La administración de oxígeno, mientras se prepara
el azul de metileno, también está indicada para
aumentar la concentración del oxigeno físicamente
disuelto llevado por el plasma a los tejidos.
Si la metahemoglobinemia es por ingestión se pueden
realizar las medidas de evacuación habituales, uso
de carbón activado, etc.
El ácido ascórbico ha sido mencionado como una
terapia alternativa pero de acuerdo a la mayoría de
los autores su efecto reductor es demasiado lento para que
aporte algún beneficio significativo. (Es usado a veces
en pacientes con déficit de metahemoglobina reductasa
pero normalmente no aporta más del 16% de la carga
reductora total). Los pacientes con escorbuto severo, con
deficiencia de glucosa 6 fosfato o con déficit de glutation
reducido no tienen niveles elevados de metahemoglobinemia.