Desenmarañando el impacto de las bacterias intestinales en el metabolismo de los medicamentos. eurekalert.org. 07/02/19. Al observar cómo las variedades de microbiota genéticamente manipulada del intestino de ratón contribuyen a la metabolización de los medicamentos, los investigadores han logrado nuevos conocimientos sobre la influencia de estos microscópicos residentes en la respuesta y efectividad general de los medicamentos.
Este reciente estudio ofrece un nuevo marco experimental y computacional para comenzar a desenredar la compleja maraña de actividades metabólicas de huésped y microbioma. Los resultados podrían ayudar a permitir el desarrollo de medicamentos diseñados para mejorar el éxito del tratamiento tras ser adaptados a la microbiota intestinal concreta del paciente. Las prósperas comunidades microbianas que habitan en el intestino humano rebuscan y metabolizan casi todo cuanto llega hasta ellas, incluidos los medicamentos administrados por vía oral. Como resultado, el metabolismo de los medicamentos por parte del organismo huésped se ve afectado de manera extraordinaria por colecciones únicas de microbiotas, que han dado muestras de estar implicadas en la gran variación en los niveles de éxito o toxicidad de un mismo medicamento entre individuos distintos. Sin embargo, distinguir y medir el aporte microbiano al metabolismo de los medicamentos ha sido un desafío, en especial cuando los procesos y productos metabólicos son químicamente indistinguibles entre huésped y microbioma. Michael Zimmerman y sus colegas midieron los niveles del fármaco brivudina (BRV) y su metabolito conocido, bromoviniluracilo (BVU), a lo largo del tiempo y en diferentes tejidos de ratón inoculados con una serie de comunidades intestinales: algunas complejas, otras gnotobióticas y otras genéticamente modificadas. Los autores identificaron una punta de refuerzo de BVU (que se sabe que conduce a interacciones mortales con otros fármacos) en hígados de ratón con biomas complejos, ilustrando la contribución del microbiota a la toxicidad del fármaco. Utilizando estos datos, Zimmerman et al. desarrollaron un modelo farmacocinético que fue capaz de predecir computacionalmente las contribuciones tanto del huésped como del microbioma en el metabolismo de otros fármacos antivirales y antidepresivos. De acuerdo con los resultados del modelo, casi el 70 % del metabolismo de los medicamentos se puede derivar de la actividad del microbiota, en el caso de algunos individuos.________________________________________________________________________________________________________________________________Inyecciones ingeribles: posibles gracias a un dispositivo de administración de medicamentos inspirado en las tortugas.eurekalert.org. 07/02/19.Un reciente estudio informa de que un nuevo dispositivo ingerible, inspirado en la forma autoorientada del caparazón de la tortuga leopardo, se puede utilizar para inyectar medicamentos a través de la pared estomacal. El aplicador autoorientable de escala milimétrica (self-orienting millimeter applicator, SOMA) permite la administración de compuestos farmacéuticos por vía oral, en lugar de recurrir a la inyección o el goteo intravenoso. Con frecuencia se considera el suministro oral como el método más sencillo y menos invasivo para introducir medicamentos en el organismo, lo que lo convierte en un método preferido. Sin embargo, para muchos compuestos farmacéuticos, como la insulina, no es viable. El ambiente hostil del tracto gastrointestinal (GI), su extrema acidez y la actividad microbiana pueden degradar rápidamente las frágiles biomacromoléculas y limitar en gran medida su absorción y biodisponibilidad. Si bien se han explorado otros métodos de administración preclínicos basados en el GI, según los autores apenas han logrado biodisponibilidades de forma segura del orden del 1 %. Para abordar estos retos, Alex Abramson y sus colegas desarrollaron un dispositivo capaz de adherirse al interior del estómago e inyectar una carga útil de delicados fármacos de molécula grande a través de la pared gástrica. Para dar con la forma del dispositivo, Abramson et al. se inspiraron en el caparazón de la tortuga leopardo: una forma muy curvada que permite al animal recuperar una posición vertical muy estable en caso de quedar volteado sobre la espalda. En el SOMA, la forma autoorientada asegura que el dispositivo se alinee con la parte inferior de la pared gástrica, a pesar de las fuerzas externas que puedan empujarlo. La inyección de la carga útil del dispositivo viene determinada por la disolución de los cristales de azúcar, empleada para bloquear un mecanismo de resorte. Los estudios in vivo del dispositivo en ratas y cerdos, en los que se utilizó insulina, demuestran la efectividad del método de administración, dando como resultado niveles de insulina en plasma similares a los obtenidos mediante la inyección subcutánea tradicional.