Más del 15 por ciento de los estadounidenses de edad avanzada tomaban combinaciones de medicamentos recetados, medicamentos de venta libre y complementos dietéticos que podían suponer una amenaza para su vida en 2011, mostró el estudio. Esa cifra supuso un aumento de casi el doble con respecto a 2005, cuando el 8.4 por ciento de las personas mayores lo hicieron.