Teflón y “químicos eternos”: las toxinas ocultas en tu cuerpo. Por Tim Schauenberg.
dw.com. 14/06/2021. Están por todas partes, son perjudiciales para nuestra salud y no se biodegradan. También el periodista de DW Tim Schauenberg ha ingerido “sustancias químicas eternas” sin saberlo. Aquí cuenta lo que averiguó.
A Tim Schauenberg, reportero de DW, le toman una muestra de sangre para saber si tiene “sustancias químicas eternas” en su organismo
¿Qué tienen en común los impermeables, las cajas de pizza, los envases de verduras congeladas y los sartenes antiadherentes? Todos ellos contienen sustancias perfluoroalquiladas (PFAS por sus siglas en inglés). Conocidas por los expertos como “sustancias químicas eternas”, podrían ser perjudiciales para la salud humana.
Roland Weber, consultor medioambiental de las Naciones Unidas, las describe como “unas de las sustancias químicas más amenazantes jamás inventadas”.
Unas 4.500 sustancias fabricadas por el hombre entran en la denominación PFAS, y los residuos de esta familia de productos químicos se encuentran ahora en todo el mundo: en el suelo, el agua potable, los alimentos, los animales e incluso dentro del cuerpo humano.
Se han encontrado PFAS incluso en osos polares
¿Tengo PFAS en mi cuerpo?
Alrededor del 98% de los estadounidenses tienen PFAS en la sangre. Estudios realizados en la India, Indonesia y Filipinas encontraron estas sustancias tóxicas en casi todas las muestras de leche materna analizadas. Todos los niños de Alemania tienen PFAS en su interior, y en una quinta parte de esos casos, las concentraciones superan los niveles críticos.
Averiguar los niveles de toxinas en mi cuerpo no fue fácil, ya que hay muy pocos laboratorios especializados en Alemania capaces de realizar las pruebas necesarias. Pero conseguí localizar uno, IPASUM, en la ciudad de Erlangen.
Les envié una muestra de sangre. La analizaron en busca de PFOA y PFOS (las “sustancias químicas eternas” más conocidas), que pueden causar daños en el hígado y los riñones, disminuir la fertilidad masculina y afectar al peso de los recién nacidos, así como a la eficacia de las vacunas. En altas concentraciones, pueden provocar cáncer. Nuevos estudios también han indicado una relación entre las sustancias químicas y los casos graves de COVID-19.
Solo algunos laboratorios especializados en Alemania hacen pruebas de detección de PFAS
El laboratorio encontró 4 nanogramos de PFOA y PFOS por litro de mi sangre. Eso es una milésima parte del peso de un grano de arena y significa que estoy muy por debajo de los niveles críticos y en línea con la media alemana.
Thomas Göen, profesor del IPASUM, que realizó el análisis, me dijo que estas concentraciones no presentan ningún riesgo según los conocimientos científicos actuales. Pero los resultados no me tranquilizaron porque las sustancias son persistentes y pueden acumularse en el organismo.
“Y ese es el principal problema”, dijo Göen, “que al final pueden acumularse en cierta dosis, que podría ser una concentración problemática”.
Las sustancias químicas eternas no se biodegradan en la naturaleza, y el cuerpo humano las excreta muy lentamente. Los científicos están buscando formas de descomponerlas, pero los métodos aún están en pañales.
¿Cómo acaban los químicos eternos en la naturaleza y en nosotros?
Las PFAS son resistentes al agua, a la grasa y a la suciedad, se emplean en prácticamente todas las industrias y se encuentran en una amplia gama de productos, como el cuero artificial, el papel fotográfico, los pesticidas, la espuma de los extintores, los tintes y los aviones.
Los seres humanos ingieren la mayoría de los PFAS en los alimentos. El pescado, la carne, la leche, los huevos y las verduras de las regiones contaminadas pueden contener índices especialmente altos de estas sustancias químicas.
La mayoría de las plantas de tratamiento de aguas residuales no pueden filtrar los residuos químicos, que entran en el medio ambiente a través de los vertederos, los residuos industriales y el lavado de textiles. Se han encontrado PFAS en las montañas de la Patagonia, en la nieve de la Antártida y en las montañas de Altai, en Asia central y oriental, así como en osos polares, aves y delfines.
PFAS se encuentran en todo el mundo, pero la contaminación suele ser mucho mayor cerca de las fábricas
Algunos animales con altas concentraciones de PFAS experimentan cambios en sus niveles hormonales, así como en la función hepática y tiroidea. No obstante, se ha investigado poco sobre su impacto en los ecosistemas.
De la bomba atómica al armario de la cocina
En 1938, el grupo estadounidense DuPont inventó el PTFE, una de las primeras sustancias químicas PFAS. Como era capaz de proteger el metal de la corrosión a temperaturas increíblemente altas, lo utilizaron en la primera bomba atómica.
El PTFE no tardó en aparecer en los hogares de todo el mundo como un recubrimiento duradero para las sartenes bajo la marca “Teflon”. Fue un gran éxito comercial. Pero en 1998, la marca antiadherente se encontró en una situación complicada cuando un ganadero dijo que sus vacas, que pastaban cerca de una planta de producción de teflón en Parkersburg, Virginia, estaban cayendo muertas.
Robert Bilott, abogado especializado en medio ambiente y defensor del ganadero en su batalla legal contra DuPont, dijo que su cliente “podía ver agua blanca espumosa saliendo de un vertedero junto a su propiedad”. Pronto se supo que miles de personas de la región se habían contaminado con PFAS a través de las aguas residuales de la fábrica de DuPont y de las fugas de los residuos del vertedero.
DuPont, a diferencia de las autoridades estatales, conocía el peligro desde hacía décadas, pero siguió vertiendo la sustancia tóxica en el medio ambiente. Estudios sugieren que los altos niveles de PFAS en la zona están relacionados con el aumento de los casos de cáncer de riñón y de testículos. En 2017, DuPont acordó pagar a las víctimas 671 millones de dólares en concepto de indemnización por daños corporales.
La industria es creativa con las lagunas legales
Otros países, como los Países Bajos, Bélgica e Italia, han registrado casos de PFAS que contaminan el agua potable y el medio ambiente.
Algunas de estas sustancias químicas de uso permanente se están eliminando ahora en la UE, Estados Unidos y Japón, y la cantidad detectada en la población ha disminuido constantemente. En Alemania, la media se ha reducido a más de la mitad desde 1990.
En respuesta a esta medida, la industria química está fabricando una nueva generación de PFAS que difieren muy poco de sus predecesores, pero que no entran en la prohibición por ahora.
¿Cómo puedo protegerme?
Me parece imposible evitar algo que se encuentra en tantas cosas pero que no está marcado en las etiquetas o en los envases. Por ahora, he dicho adiós a las sartenes antiadherentes y estoy pensando en comprar un filtro de agua para eliminar los PFAS del agua que bebo.
Los envases de comida rápida suelen contener revestimiento de PFAS. McDonalds quiere eliminar estas sustancias antes de 2022
A nivel mundial, la presión para prescindir de los PFAS es cada vez mayor. A raíz de una campaña de Greenpeace, marcas como Vaude, Paramo y Rotauf se comprometieron a desintoxicar sus prendas. Ikea dice que también ha prohibido estas sustancias, mientras que países como Alemania, Dinamarca, Noruega y Suecia están presionando para que se prohíban todas las PFAS en toda la UE para 2030.