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Jarra loca: el peligro de las mezclas de bebidas alcohólicas con medicamentos

16 February, 2009

Juan Carlos Piola

Jarra loca: el peligro de las mezclas de bebidas alcohólicas con medicamentos
(Sertox)
Las palabras "Locura" y "Loco" (una persona que sufre locura) se usan en algunos contextos con otros significados sin relación con la descripción de enfermedad. En Argentina, por ejemplo,  se utiliza también en la jerga popular para indicar a alguien extrovertido, que comete actos temerarios o incluso como forma amistosa de referirse a otra persona sin usar su nombre (“Che, loco…”). También se lo utiliza informalmente para referirse a aquel que está bajo el efecto de alguna droga (1). Ese probablemente halla sido el motivo por el que se bautizó "Jarra loca" a esta peligrosa mezcla que hace furor y estragos en ambientes juveniles.  Esta mezcla de bebidas y psicofármacos fue adoptada inicialmente por sectores marginales de la denominada "movida de la cumbia villera". Esta modalidad de intoxicacion ha permeado a segmentos de la clase media y media-baja urbana adolescente (14 a 21 años) y hoy  se considera rito de inicio en las "previas" (reuniones para tomar alcohol similares al "botellon" español) de los fines de semana en muchas  ciudades de Argentina y de otros países latinoamericanos (Ver luego referencia 2, leer también artículo: Precopas, previa, botellón: una moda globalizada).

Bibliografía

  1.  Wikipedia; http://es.wikipedia.org/wiki/Locura,
  2. OEA, Comisión interamericana para el control del abuso de drogas, Observatorio interamericano sibre drogas, Sistema interamericano de datos uniformes sobre consumo de drigas: OEA/CICAD/OID/SIDUC. INFORME COMPARATIVO 7 PAISES, ENCUESTAS ESCOLARES A NIVEL NACIONAL: EL SALVADOR, GUATEMALA, NICARAGUA, PANAMÁ, PARAGUAY, REPÚBLICA DOMINICANA Y URUGUAY. 2003. Disponible en linea.  Ver también en El Observador de la CICAD Nº 21: La Red Latinoamericana de Investigadores en Drogas (REDLA) identifica tendencias preocupantes en el consumo de drogas en Latinoamérica.
  3. Tentativas de Suicidio con tóxicos en adolescentes en Rosario, Argentina. 1990 – 1998. Prada DB, Evangelista M, Piola JC. Brazilian Pediatric News. Vol.4(3) diciembre del 2002. Disponible en línea
  4. Adriana Narvaez. Los jóvenes y la noche.  Grupo uso indebido de drogas.S.A.P. Disponible en línea.
  5. Concepción López Soler y Mª Ángeles Freixinós Ros. Psicopatología y consumo de alcohol en adolescentes. anales de psicología 2001, vol. 17, nº 2 (diciembre), 177-188.
    Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia.Murcia (España). ISSN: 0212-9728. Disponible en linea.
  6. Hugo A. Míguez. Epidemiología de la alcoholización juvenil en Argentina. Resumen
    publicado en  ACTA PSIQUIATRICA Y PSICOLOGICA DE AMERICA LATINA – 2004,VOL 50(1)43-47. Disponible en linea.
  7. Piola JC. Dos agregados para hacerle a un hipotético prospecto de las mal llamadas bebidas energizantes si fueran medicamentos. Ver.
  8. Piola JC. Perfiles de Pacientes que realizan Tentativas de Suicidio con Tóxicos en Rosario. RETEL Nº 7. Ver
  9. Piola JC, Prada DB. Aspectos médicos-toxicológicos en pacientes con adicción a drogas atendidos en Rosario.  Capítulo del libro editado por la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario, La Salud en el Municipio de Rosario, “Adicciones: Desafíos y abordajes”, Pág.105-110, mayo 1998. Disponible en línea.
  10. Damin C, Di Biase B. Venta de medicamentos fuera de la farmacia, publicidad y drogadependencia: relaciones peligrosas.Primera Cátedra de Toxicología – Facultad de Medicina. Buenos Aires, marzo de 2009.Disponible on line (PDF).

El peligro de estas mezclas

La ingestión abundante de alcohol produce una pérdida gradual del control, con progresiva disminución de la conciencia que por último,  puede llegar a producir la muerte por depresión respiratoria.  Esta evolución puede darse con alcohol sólo pero el empleo simultáneo con otras sustancias  puede modificar el cuadro.  Al hablar de la mezcla de alcohol con las bebidas mal llamadas energizantes con elevados contenidos de cafeína se comentaban los resultados de un estudio que concluía que  los jóvenes que bebían cócteles  de alcohol mezclados con estas  bebidas, estaban más expuestos a sufrir daños, necesitar ayuda médica, o experimentar problemas sexuales. El informe refería que la razón es que las llamadas bebidas energizantes ocultan sensaciones de borrachera. Nuestra experiencia coincide ampliamente con este estudio (o lo sospechamos desde un principio). Las bebidas que sólo contienen alcohol  imponen límites a su consumo por la depresión que provocan en el sistema nervioso central. Una persona que está ebria,  con el sensorio deprimido, no puede seguir consumiendo alcohol. Pero si esta depresión está enmascarada por el uso de un estimulante (por eso deberían llamarse estimulantes) puede permitir que se sigue consumiendo hasta alcanzar niveles mucho  más elevados y por lo tanto, más peligrosos (7).
Por el contrario, cuando las mezclas se realizan con otros depresores del sistema nervioso central, como las benzodiacepinas, opioides, antihistamínicos, etc. se suman o potencian los efectos, llegando a etapas de depresión respiratoria antes que si se consumieran  separadamente.
El alcohol también puede aumentar el riesgo de lesiones de la mucosa gástrica además de prolongar el tiempo de hemorragias cuando se ingiere conjuntamente con analgésicos-antiinflamatorios como la aspirina.
La dosis o proporción  de  medicamentos de estas mezclas resultan totalmente aleatorias y por lo tanto desconocidas para el médico tratante. Pueden haberse agregado dosis muy elevadas, como el caso reciente de incorporar 30 comprimidos de glibenclamida, un potente hipoglucemiante oral, que está descripto que su uso simultaneo con etanol prolonga la hipoglicemia, entre otros efectos adversos.
Y a su vez la cantidad que cada participante ingiere también puede resultar variable. Estos hechos agregan una variabilidad elevada a cada episodio de intoxicación.

Para concluir

En una publicación sobre autointoxicaciones intencionales con tóxicos en Rosario, hemos planteado que los  tóxicos complejos (como las mezclas de alcohol con medicamentos) se asocian de forma significativa con los cuadros de mayor gravedad . Si bien  podíamos  tener la percepción subjetiva de esta asociación  desfavorable  la mencionada investigación nos permitió confirmarla(8). Esto nos llevó a proponer que los episodios que involucren este tipo de sustancias  deberían derivarse siempre a Unidades de Cuidados Intensivos,  independientemente de la gravedad al ingreso a los servicios de urgencia. Si bien la motivación de las intoxicaciones con Jarra Loca es otra, este consejo puede ser útil para tratar este tipo de pacientes, que al igual que las sobredosis en adictos múltiples son siempre de manejo complejo.
Al hablar de los tóxicos involucrados en las adicciones afirmamos que la sustancia que más cuadros agudos provoca es el alcohol, si bien esto no  siempre se refleja en nuestros datos  debido a que se nos consulta poco por varias razones, como que por su frecuencia es conocido el tratamiento, es mal valorado el riesgo de provocar cuadros graves e incluso porque a los alcohólicos no se los considera adictos y/o intoxicados (9).

Las modalidades del abuso de medicamentos cambian y podría decirse que algunas de ellas se “ponen de moda”. Actualmente en Argentina la “jarra loca” es la forma más común de consumo de alcohol y medicamentos – en su mayoría benzodiacepinas – entre los adolescentes y los adultos jóvenes.
Según datos de la Unidad Toxicología del Hospital “Juan A. Fernández” de la Ciudad de Buenos Aires, durante el año 2008 se asistieron 2182 consultas relacionadas a intoxicaciones agudas por sustancias de abuso; de ellas 292, fueron por abuso de algún tipo de medicamento y otras 205 fueron por asociación de algún medicamento con bebidas alcohólicas.(10)

En muchas partes del mundo se está observando esta tendencia al abuso de drogas múltiples, es decir el uso de diferentes sustancias simultánea o consecutivamente, o bien de manera aleatoria, de acuerdo al capricho de los usuarios y a  la disponibilidad y las fuerzas del mercado . Este multiuso es más frecuente en los jóvenes que incurren en un fuerte abuso de drogas y viven en aglomeraciones urbanas.
Sabemos que el problema de las drogas no es un fenómeno pasajero. Sus repercusiones sanitarias y sociales son tan considerables que menoscaban gravemente el estado de salud y !a esperanza de vida de importantes grupos de población, así como la economía y la política de todo un país. No hay acuerdo sobre las normativas y las medidas que puedan resultar más eficaces para controlar y cambiar de signo esa situación pero para darles una base racional habría que tener en cuenta los grupos expuestos a riesgo, !as sustancias involucradas y los efectos del uso de estas. Estos factores cambian constantemente por lo que es esencial vigilar las tendencias epidemiológicas regionales: la irrupción de la Jarra Loca es un ejemplo de este hecho.

¿Que es la Jarra Loca?.

Básicamente se llama así  a  una mezcla de bebidas alcohólicas y medicamentos. Inicialmente eran psicofármacos del tipo de benzodiacepinas pero esta oferta se fue ampliando y modificando. Una receta descripta en un periódico dice “Son diversos los pasos para hacer una jarra loca: primero, se debe conseguir un balde de tres litros y medio y luego llenarlo con jugo de fruta, hielo, sidra, gin, vodka y granadina, etc. Esta bebida cobró popularidad en los últimos tiempos por las intoxicaciones ocasionadas por la inclusión de pastillas en el cóctel". ( Ver en periódico uno- universidad, noticias y opinión, 01/12/2008)
Hay tantas recetas como "locos" que la preparan. Las más populares son con el agregado de sustancias psicoativas, incluyendo cafeína (de las mal llamadas bebidas energizantes) o medicamentos, fundamentalmente del tipo benzodiacepinas.  Algunos adolescentes también añaden al cóctel anticonceptivos, sildenafil y cualquier tipo de fármacos que esté a su alcance.  En un intento por racionalizar esta moda algunos describen los distintos tipos de mezclas que se pueden hacer para alcanzar  distintos objetivos pero es frecuente encontrar mezclas absurdas y decididamente peligrosas, a las que no se les puede encontrar ninguna explicación lógica.

Arma mortal y crónica policial

Es en este contexto de irracionalidad, donde la Jarra Loca va más allá de una actitud de "pasarla bien" y se convierte en un arma mortal. Y es acá donde caemos en la crónica policial. En estos días (febrero de 2009) los diarios mencionan la muerte de 4 adolescentes por haber preparado estos brevajes con glibenclamida, un hipoglicemiante sin ningún efecto directo sobre el sistema nervioso central  (Ver: La "jarra loca" ahora lleva "pastillas del abuelo". También video de youtube: ¿Qué es pastilla del abuelo? La peligrosa mezcla de alcohol y pastillas.  Se conocieron los casos de cuatro adolescentes que murieron en 2008 por una mezcla de píldoras para diabéticos y alcohol. Infoabae 13/02/09). Hace varios años que algunos periódicos alertaban sobre esta moda: La “jarra loca” hace estragos entre los jóvenes (ver lagaceta 21/06/05);  Joven muere luego de tomar una "jarra loca" (diariopanorama, 03/10/2007); La apuesta con la "jarra loca" tiene en vilo a Marcos Juárez. Una mezcla de alcohol con drogas de todo tipo se puso de moda y ya causó un muerto y cuatro intoxicados (lacapital 25/09/2003). Piden a los jóvenes no mezclar alcohol con pastillas (http://www.terra.com.ar/canales/informaciongeneral/77/77400.html)
Y también su asociación con la cumbia villera. “La noche matancera vibra al ritmo de las bailantas. Discriminados y acusados por las constantes agresiones que se suceden en su entorno, los boliches bailables que pasan, exclusivamente, cumbia siguen convocando multitudes sobre la base de la pasión, el baile y la diversión, pero también del alcohol, que termina en violencia.”( Ver en periódico uno- universidad, noticias y opinión, 01/12/2008)


Patrones de consumo de alcohol por adolescentes

El profundo enraizamiento del consumo de alcohol en lo cultural ha propiciado en occidente el  desarrollo de dos modelos clásicos de consumo de alcohol: el modelo mediterráneo y el modelo anglosajón. En el modelo mediterráneo  el contacto con el alcohol se produce a edad temprana, suele desarrollarse dentro del ambiente familiar y cuenta con cierta tolerancia social. Utilizan alcoholes de baja graduación y  la intoxicación aguda es una consecuencia no buscada en sí misma.
El modelo anglosajón de consumo esporádico; se ha extendido geográficamente mas allá de sus zonas iniciales de influencia y ha ido  desplazando  poco a poco al modelo mediterráneo. Preferentemente utilizan alcoholes de mayor graduación, el contacto con el alcohol se realiza mas tardíamente y fuera del contexto familiar. En este modelo el llegar a un estado de intoxicación es frecuentemente un objetivo en sí mismo. En ambos modelos, aunque no hay un perfil de personalidad predispuesta  al consumo, la presencia de carencias afectivas, inseguridad, pasividad, desarraigo, soledad, o  trastornos psiquiátricos de tipo ansioso, depresivo o psicótico, predisponen al consumo (5).
En la Argentina hasta comienzos de los ochenta se podía  reconocer en la vinculación con las bebidas alcohólicas el patrón de consumo meditarráneo, que admitía el disfrute regular y alimentario de la bebida alcohólica con censura sobre el exceso  y donde el uso del  alcohol como condimento que acompañaba la comida podía llegar a utilizar sus efectos psicoactivos más tenues tales como “promover la integración y facilitar la solidaridad social”  o  “embellecer la realidad y hacerla más amable” sin alcanzar a dañar en el individuo la conciencia sobre el mundo externo (6). Pero en algún momento las bebidas se apartaron del hecho social y familiar que las acotaba y comenzaron a ser utilizadas en formas cada vez más dañinas, riesgosas y precoces. Es difícil precisar el momento que el patrón cultural comienza a modificarse hasta llegar a la situación actual de incorporación del modelo anglosajón,  pero sería en el período que va de principios de los ochenta hasta inicios del 2000. El consumo regular y cotidiano del vino de mesa cede  el paso, entonces,  a modos de consumo episódicos con ingestiones excesivas en la noche o en el fin de semana. El objetivo de la bebida es ahora decididamente farmacológico. Es decir, una bebida apetecida fundamentalmente por su efecto y su acción en la modificación del estado de ánimo, la percepción o el comportamiento. La bebida refuerza, ahora, la búsqueda deliberada y grupal del descontrol y  también su asociación con otras sustancias (6). Precisamente una de estas variantes del descontrol es la Jarra Loca.

Los adolescentes y la noche

La adolescencia es la etapa de la vida comprendida entre la niñez y la edad adulta y cronológicamente se la ubica entre los 10 a 12 años de edad y los 18 a 20 años. Las causas de morbilidad y mortalidad en la adolescencia se han modificado últimamente quizás a causa del comportamiento de los jóvenes que se exponen a situaciones de alto  riesgo. También ejercen influencias los cambios en la composición de la familia, las crisis socioeconómicas, la falta de ideales y la desafiliación o pérdida a grupos de pertenencia (3). Actualmente, más de la mitad de las muertes entre adolescentes y jóvenes se debe a  lesiones por traumas  automovilísticos o de otro tipo, homicidios y suicidios. Un ejemplo de situaciones de peligro a las que se exponen los adolescentes se da en la noche. "Se  ha dicho  que los jóvenes han estructurado la noche como un espacio no colonizado por los adultos. La noche del fin de semana es para muchos jóvenes lo que le da sentido al resto de la semana, es la expresión de un imaginario mítico que les permite agruparse e identificarse con sus propios signos y códigos. Allí, en este espacio de encuentro, tal vez puedan anestesiarse, desinhibirse, consumir alcohol u otras sustancias, y hacer cosas que no harían sin el efecto de estos sustitutos. La noche suspende determinado tipo de controles: no están los padres, ni los profesores, ni los jefes…"(4)
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