Con la irrupción de la minería el lago Baotou se transformó en un vertedero de desechos tóxicos con elevada presencia de componentes radioactivos.
En 1950, antes de que las minas de tierra rara comenzaran a generar ganancias, la ciudad tenía una población de 97.000 habitantes. Hoy en día esta cifra supera los dos millones y medio.
Entre los productos principales procesados por plantas en la zona se encuentra el oxido de cerio, el cual se utiliza para pulir las pantallas táctiles de los teléfonos inteligentes y tabletas.
China domina el mercado de tierras raras y asume el impacto ambiental que esta actividad conlleva.