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Intoxicado con purpurina = ¿Curación milagrosa?

26 February, 2008
Avanza el proceso de beatificación del cardenal Pironio. Estudiarán la curación de un niño. lanación,com.ar. 25/02/08.Después de haber ingerido purpurina, su pequeño de 15 meses tenía muy pocas probabilidades de vida. Los pronósticos médicos auguraban que, de sobrevivir, quedaría con graves secuelas renales y hepáticas. Doloridos con semejante noticia, los jóvenes padres -cuyos nombres se mantienen en reserva- pidieron la intercesión del cardenal Eduardo Pironio con la oración de una estampita que alguien les había hecho llegar. Para su sorpresa, y la de los médicos, el bebe mejoró rápidamente y a los trece días fue dado de alta.
Intoxicado con purpurina = ¿Curación milagrosa?
Luján, donde descansan los restos de Pironio
El niño ahora tiene dos años y medio y ninguna secuela de aquel episodio. La familia está convencida de estar frente a un milagro obtenido gracias a Pironio y así lo comunicaron a quienes tramitan ante el Vaticano el proceso que llevaría por primera vez a los altares a un cardenal argentino.
"En las próximas semanas comenzaremos a estudiar el caso de este niño", anticipó a LA NACION la vicepostuladora de esa causa, Beatriz Buzzetti Thomson, y contó que, como otros muchos "beneficiarios" de gracias y favores recibidos por supuesta intercesión de Pironio, los padres del niño dicen que están asombrados por la serenidad y la confianza con la que enfrentaron esos momentos tan dramáticos y dolorosos.
Días pasados, en la basílica de Luján, donde se guardan los restos del argentino cuyo nombre figuró entre los posibles sucesores de los papas Pablo VI y Juan Pablo I, un nutrido grupo de fieles recordó los diez años de su fallecimiento.
El cardenal Jorge Mejía, de visita en el país, presidió una misa de la que participaron siete obispos, Buzzetti y el padre Fernando Vergez, que fue secretario de Pironio en el Vaticano. Entre los asistentes había numerosas personas que no conocieron a Pironio en vida, pero que están convencidas de haberse curado de una dolencia, conseguido un anhelado trabajo o solucionado un grave problema familiar gracias a su intercesión.
"Desde que, en febrero de 2006, empezamos a difundir la estampa con la oración aprobada por la Conferencia Episcopal, hemos recibido muchas comunicaciones de gracias recibidas", afirmó Buzzetti Thomson. En diálogo con LA NACION en su casa de Adrogué, esta profesora de filosofía y ex presidenta de la Acción Católica Argentina contó que durante 2007 hizo tres envíos al Vaticano con esos relatos, entre los cuales no había ninguno que cumpliera con el principal requisito para ser considerado milagro: la inexistencia de explicación científica al hecho extraordinario del que se trate.
La causa se abrió en el Vaticano en junio de 2006. Los trámites habían comenzado oficialmente un año antes en la Argentina, a partir de la propuesta de la Conferencia Episcopal.
Durante todo el año pasado un tribunal constituido en Buenos Aires tomó declaración a unos 50 testigos argentinos y cuatro colombianos y reunió cartas, mensajes, escritos, fotos y otras pruebas documentales de todos los lugares donde vivió y trabajó Pironio y que serán analizadas en Roma. Se prevé que sea un proceso largo, porque el ahora siervo de Dios estuvo en muchos sitios.
AMENAZADO DE MUERTE
Quienes conocieron a Pironio lo recuerdan como un "profeta de la esperanza", que aceptaba los sacrificios porque estaba seguro de la resurrección de Cristo. Nacido en Nueve de Julio el 3 de diciembre de 1920, estudió teología en Roma, fue rector del seminario de Buenos Aires, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, perito en el Concilio Vaticano II en Italia, obispo auxiliar de La Plata y titular de Mar del Plata y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
Vivió la violencia de la década del 60 y principios de los 70 y acompañó a los católicos de las diócesis en las que se desempeñó como obispo desde una postura considerada progresista para esa época.
A raíz de sus repetidos llamados a la justicia y a deponer los métodos violentos fue amenazado -se cree que por la Triple A- y señalado como montonero por pintadas en muros marplatenses.
Isabel Perón, la entonces presidenta, le ofreció custodia personal y él la rechazó. Argumentó que un obispo no la necesita y dijo que no quería que se expusiera la vida de un custodio que era tan valiosa como la suya.
En lo que se interpretó como una iniciativa para preservar la vida de Pironio, en mayo de 1976 fue trasladado al Vaticano. Pablo VI lo hizo cardenal y lo nombró miembro de la Congregación Pontificia para los Religiosos e Institutos Seculares y titular del Consejo Pontificio para los Laicos, desde el que impulsó numerosas propuestas para una mayor participación de los no religiosos en la vida de la Iglesia. Murió en Roma, a los 77 años, el 5 de febrero de 1998. .
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