Declaración
de las organizaciones participantes de IPEN aprobada en Minamata, Japón, con
ocasión de la Conferencia de Plenipotenciarios sobre el Convenio del Mercurio
Las
organizaciones participantes de IPEN expresan su solidaridad con los grupos de
víctimas de Minamata, al aceptar que Minamata no es solo un nombre, un lugar o
una enfermedad. Es más que eso. También es dolor, irresponsabilidad
empresarial, pérdida y discriminación. Minamata se refiere a las personas y a
la comunidad. Se refiere a su lucha por sobrevivir y a su determinación de
vivir. Esto es realmente Minamata.
Como
organizaciones participantes de IPEN, expresamos nuestra firme resolución y
nuestro amplio compromiso de trabajar para garantizar que los metales tóxicos
como el mercurio, el plomo y el cadmio ya no contaminen nuestro medio ambiente
local y mundial, y no contaminen nuestras comunidades, nuestros alimentos, o
los cuerpos de nuestros niños y de las futuras generaciones.
Además,
Acogemos con
satisfacción el consenso mundial de que la contaminación por mercurio es una
grave amenaza para la salud humana y el medio ambiente y que es necesario
reducir al mínimo y eliminar las emisiones y liberaciones de mercurio a fin de
reducir esta amenaza;
Subrayamos que el mercurio
es una sustancia química que causa preocupación a escala mundial debido a su
transporte atmosférico a largas distancias, su persistencia en el medio
ambiente, su capacidad de bioacumularse en los ecosistemas y en la cadena
alimentaria, y sus importantes efectos negativos intergeneracionales en la
salud humana y el medio ambiente,
Hacemos
énfasis en los
impactos que causa el mercurio en la salud de las poblaciones vulnerables, como
las mujeres, los niños, y, a través de ellos, de las futuras generaciones,
especialmente en los países en desarrollo y en transición;
Reconocemos el daño grave y
duradero a los ecosistemas y a la salud humana que puede causar el mercurio en
las comunidades cercanas a la ubicación de las fuentes y también en regiones
distantes;
Destacamos la
vulnerabilidad particular de los ecosistemas árticos y de los pueblos
indígenas, debida a la biomagnificación del mercurio y a la contaminación de
los alimentos tradicionales;
Reconocemos la evidencia
científica establecida sobre el daño causado por el mercurio en los productos
del mar, que afecta a muchas comunidades que dependen del pescado y los
mariscos como su fuente principal de proteínas; y dejamos constancia de la
preocupación especial sobre la acumulación de mercurio en todos los
organismos vivientes, incluidos los humanos;
Reconocemos y
apoyamos las
demandas y las luchas de los trabajadores, las mujeres y los niños, los
pueblos indígenas, los mineros, los pescadores, las comunidades del Artico,
los habitantes de las islas y zonas costeras, los mineros en pequeña escala,
los pobres, y todos los demás grupos sociales que están afectados por la
exposición al mercurio. Llamamos a solidarizar y a apoyar a todos estos grupos
en el ejercicio de su derecho a un medio ambiente sano, protección de los
trabajadores, derecho a saber, compensación justa, a tratamiento médico y a
la justicia ambiental;
Hacemos
énfasis en
la necesidad de un mayor compromiso con la implantación de medidas sobre la
extracción de oro artesanal y en pequeña escala, para facilitar el acceso de
los mineros a tecnologías eficaces y adecuadas que reduzcan al mínimo o –si
es factible- eviten el uso de mercurio, para detener el comercio y la oferta de
mercurio en las zonas de extracción de oro artesanal y en pequeña escala para
remediar los sitios contaminados y asegurar su rehabilitación, y para crear
programas destinados a ayudar a los mineros a encontrar formas alternativas de
subsistencia;
Destacamos la necesidad de
adoptar rigurosas medidas de control para reducir y eliminar las liberaciones
de mercurio provenientes de las operaciones mineras a gran escala, a fin de
proteger la calidad del aire y del agua y prevenir la contaminación del suelo;
Destacamos la necesidad de
adoptar rigurosas medidas de control para reducir y eliminar la contaminación
con mercurio proveniente de las centrales termoeléctricas de carbón, a la vez
que se promueve el uso de fuentes alternas de energía, seguras y renovables.
Subrayamos la necesidad de
una gestión ambientalmente racional del mercurio durante el almacenamiento y
eliminación provisional y de largo plazo, y de un límite bajo de mercurio,
que proteja la salud humana.
Instamos a reforzar las
medidas obligatorias para hacer frente a las liberaciones de mercurio a la
tierra y al agua, e instamos también a adoptar prontas y rigurosas medidas
para identificar, reducir y eliminar estas liberaciones, incluyendo las que
provienen de los sitios contaminados.
Llamamos
la atención sobre las liberaciones de mercurio provenientes de los
procesos de fabricación, incluyendo la producción de monómero de cloruro de
vinilo, y llamamos al sector privado a reducir y eliminar las liberaciones y a
tomar todas las medidas posibles para introducir métodos de producción libres
de mercurio;
Llamamos a los gobiernos
a ratificar prontamente el convenio sobre el mercurio y a poner en práctica,
rigurosamente, sus objetivos y disposiciones, a fin de lograr la reducción y
eliminación de todas las emisiones y liberaciones de mercurio;
Estamos
determinados a emprender acciones permanentes para destacar el daño
causado por la contaminación por metales pesados en la salud humana y el medio
ambiente y a promover el apoyo internacional a nuevas medidas de gobernanza
nacional y mundial para reducir, y cuando sea posible, eliminar, las fuentes de
contaminación por metales tóxicos tales como el mercurio, el plomo y el cadmio;
Dejamos
constancia de la necesidad de reducir y eliminar la exposición a los
metales tóxicos como el mercurio, plomo, cadmio, arsénico y otros, en el
ciclo de vida de una gran variedad de productos incluyendo productos de
consumo, médicos y dentales, plaguicidas y otros;
Llamamos al sector
privado a asumir la responsabilidad de reducir, en forma rigurosa el uso y las
liberaciones de metales tóxicos y a hacerse responsable de los trabajos de
limpieza y de las compensaciones;
Reconocemos y reafirmamos el
principio precautorio y los principios del derecho a saber, la equidad
intergeneracional, la justicia ambiental, el que contamina paga, y la
responsabilidad y compensación.