Primera guía clínica para detectar la sumisión química. larazon.es. 25/06/17. El Hospital Clínico de Madrid edita un manual con las claves para detectar los pacientes sometidos a manipulación con drogas. Los datos de la última memoria del Instituto Nacional de Toxicología (Intcf) en los últimos tiempos apuntan a un incremento del uso de drogas que provocan pérdida o disminución de memoria para perpetrar delitos, tales como robos, homicidios, sedación e incapacitación de personas mayores, aunque la mayoría están relacionados con agresiones sexuales.Leer también: Aumento de un 20-30% de casos de sumisión química durante los últimos años en España
Con el fin de poner en conocimiento este hecho, el Hospital Clínico San Carlos ha editado una guía de bolsillo para profesionales sanitarios para la detección temprana de los pacientes sometidos a esta manipulación. Las víctimas se detectan en Urgencias, donde la rápida intervención, el análisis toxicológico y la toma de muestras biológicas permiten obtener la prueba científica de la sumisión química, el diagnóstico y el correcto tratamiento. La sumisión química constituye un problema de salud pública que se asocia a agresiones sexuales y al abuso de menores o mayores. Los efectos que buscan los delincuentes son amnesia, sedación, efectos alucinógenos y desinhibición. Desde el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (Intcf), se apunta que las drogas de sumisión como la burundanga están detrás de entre el 20 y el 30% de las agresiones sexuales. Las sustancias que intervienen en la sumisión de manera más frecuente son el alcohol etílico, las benzodiacepinas y ciertas drogas de abuso. Aunque no existe un registro único de casos de sumisión química, los expertos han alertado sobre la creciente importancia del fenómeno en España y han calculado que esta droga está detrás de dos o tres de cada diez víctimas sexuales. Normalmente se emplean estas sustancias psicoactivas porque evitan que la víctima se encuentre en condiciones de prestar su consentimiento legal o de prestar resistencia a su atacante. El producto ideal es aquel que en pequeñas dosis consigue tener gran efecto, además de ser soluble, sin sabor, sin olor y con resultados rápidos. Este manual tiene dos objetivos: identificar a las víctimas con sospecha de sumisión química y coordinar de forma adecuada con otras instituciones la toma de muestras biológicas para identificar de manera precoz los agentes químicos usados para tratar rápida y correctamente a la víctima. «Los hospitales están detectando sólo la punta de iceberg de la sumisión química porque la mayoría de las analíticas que se han realizado ante las sospechas detectadas por los sanitarios han dado positivo», explica el Andrés Santiago, jefe de Medicina Legal del centro madrileño y coordinador de esta guía que ha realizado la Comisión contra la Violencia del centro. Desde que un paciente entra en Urgencias y pasa a la Sala de Clasificación, la enfermera que le atiende discrimina a través de 51 motivos de consulta el nivel de prioridad en la atención sanitaria según su gravedad. Esta publicación se ha elaborado a través de una minuciosa revisión de numerosos artículos científicos y la opinión de los profesionales que pertenecen a la Comisión Contra la Violencia del hospital, con la práctica diaria en este tipo de casos e incorporando recomendaciones del Ministerio de Justicia.