Este no ha sido el primer escándalo vinculado con el Fipronil. El insecticida se hizo “famoso”, junto con las no menos “famosas” neonicotinoides (insecticidas que, básicamente, actúan sobre el sistema nervioso central de los insectos) porque fue responsable de la muerte de millones de abejas en toda Europa. El Fipronil es muy tóxico para los insectos; y eso lo ha hecho muy eficaz y “popular”.