El tema de consulta es el siguiente, junto a mis vecinos estamos atravesando
un problema ambiental, ya que vivimos en frente de una fabrica de espirales, a
pesar de estar a 7 cuadras del centro de la Capital de Salta, y nos vemos
afectadas. Por informe de Impacto Ambiental y social, se describió la
precariedad de la fábrica como de la falta de política ambiental, laboral y
social. A pesar que su parcial habilitación no/definitiva fue al margen de las
reglamentaciones municipales, hoy sufrimos de alergias, catarros, vías
respiratorias irritadas, dolores de cabeza, etc. Esto está constatado por
inspección municipal, ya que los mismo inspectores han sufrido algunos de estos
síntomas y han observado partículas en el ambiente, las que diariamente nosotros
respiramos ya que las actividades se realizan desde las 6.30 de la mañana hasta
las 18 de la tarde. Trabajan con, aserrín, harina, querosén, ácido oleico,
piretrina o en su defecto el veneno de la marca ETOC, que estimamos es de la
familia de los piretroides. Según el informe de los peritos la el componente
humano esta altamente afectado y el componente aire SEVERAMENTE afectado, la
fabrica carece una política de desechos tóxicos arrojan los líquidos en la
calle. A pesar de ello no hemos conseguido su clausura ya que el municipio
quiere constar que es nocivo para la salud científicamente.
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Le pedimos consejo a una amiga experta en temas ambientales quien dice: "Si
se toman las cosas tal cual se describen, no es un problema toxicológico el que
se plantea: las respuestas somáticas que se mencionan son coherentes con la
exposición a esa fuente. Si hay piretrinas por un lado y dolor de cabeza /
alergias por el otro, no hay que gastar en estudios epidemiológicos
retrospectivos para suponer relación causal. Una fabrica de plaguicidas en pleno
mapa urbano no debe ser algo que deba ser probado científicamente como fuente
contaminante: simplemente no debería estar ahí. El problema que se plantea, en
realidad, es un problema legal: una contradicción entre la gente por un lado, y
quienes tienen el poder de decidir (político, económico) por el otro. En
otras palabras: no necesitan un toxicólogo. Necesitan un abogado que los
represente, y/o un juez que pueda interpretar las conclusiones de la Reunión
Cumbre de la Tierra: "Es el hombre el centro de las preocupaciones relacionadas
con el desarrollo. Tiene derecho a una vida sana y productiva en armonía con la
naturaleza".
Tendrá que aparecer algún abogado sensible, que estudie la
constitución provincial, busque equivalentes para los artículos 40-43 de la
Constitución Nacional, pida recursos de amparo para el cese de actividades de la
empresa, ordene la realización de estudios ambientales, obligue a la remediación
de ambientes y personas, convoque a reuniones entre partes con espíritu de
mediación pero al mismo tiempo con fuerte compromiso de protección ambiental y
sanitaria, derive los costos de atención médica de cuadros compatibles…
El principio de precaución y el de derecho a saber (incluidos datos de
emisión y transferencia de contaminantes al ambiente físico) deben primar,
porque se trata de vecinos que están preocupados por la calidad del ambiente de
su barrio. Cualquier otra acción ( por ejemplo hacer estudios para evaluar el
grado de contaminante de una planta que no debería estar ahí) es perder el
tiempo para la gente y mientras pasa el tiempo se legitima la permanencia de una
fuente contaminante donde no debería estar…..". |