Los PCB, que están prohibidos, siguen vinculados al autismo en los niños de EEUU. medlineplus.gov.* 24/08/16. Estas toxinas siguen estando presentes en el entorno, según los autores del estudio. Los niños expuestos a niveles relativamente altos de PCB en el útero podrían tener un riesgo más alto de desarrollar autismo, según un estudio reciente.Leer relacionado:Químicos comunes ponen en peligro el desarrollo neurológico de los fetos y los niños * Los artículos de noticias de salud ya no están disponibles en MedlinePlus en español.
Exposición prenatal a …
(Sertox)
Los PCB, o bifenilos policlorados, son sustancias artificiales que se usaban para hacer una gran variedad de productos, desde aparatos electrónicos hasta la iluminación fluorescente. El uso de estas sustancias fue prohibido en los años 70 debido a las preocupaciones existentes sobre sus efectos en la salud. Pero dado que no se descomponen con facilidad, los PCB siguen presentes en el ambiente, y en las personas. En el nuevo estudio, los investigadores hallaron que cuando las mujeres embarazadas tenían unos niveles relativamente altos de ciertos PCB en la sangre, sus hijos tenían aproximadamente un 80 por ciento más de probabilidades de que les diagnosticaran autismo que los demás niños. Esos niños también tenían un riesgo casi el doble de alto de sufrir discapacidades intelectuales no relacionadas con el autismo, indicaron los investigadores. Pero los hallazgos no demuestran que los PCB aumenten directamente esos riesgos. "El autismo es una afección compleja con muchas causas diferentes, y esas causas varían entre los individuos", dijo Kristen Lyall, investigador principal del estudio. Los expertos creen que para que los niños desarrollen autismo han de tener una susceptibilidad genética y exponerse a ciertos factores ambientales durante periodos críticos del desarrollo temprano del cerebro. Los investigadores siguen intentando averiguar cuáles son estos factores ambientales. Pero algunos sospechosos son la exposición prenatal a una mala nutrición, a ciertas infecciones, a una gran contaminación atmosférica y a pesticidas, según Autism Speaks, una organización sin ánimo de lucro. Los nuevos hallazgos sugieren que los PCB podrían ser una de las "piezas del rompecabezas", dijo Lyall, profesora asistente en el Instituto sobre el Autismo A.J. Drexel de la Universidad de Drexel, en Filadelfia. El estudio, publicado el 23 de agosto en la revista Environmental Health Perspectives, incluyó a más de 1,100 niños nacidos en el sur de California entre 2000 y 2003. En total, 545 niños habían sido diagnosticados con el trastorno del espectro autista; otros 181 tenían una discapacidad intelectual, pero no autismo. El resto, 418 en total, no recibieron ningún diagnóstico. Todas las madres de los niños se habían inscrito en un programa de evaluación prenatal, lo que permitió a los investigadores analizar muestras de sangre tomadas durante el segundo trimestre de cada mujer. Resultó que los niveles de una madre de dos PCB en particular (usados como lubricantes, refrigerantes y aislantes) se vincularon con el riesgo de su hijo de desarrollar autismo, señalaron los autores del estudio. Las mujeres cuyos niveles de PCB estaban en el 25 por ciento superior tenían aproximadamente un 80 por ciento más probabilidades de tener un niño con autismo, frente a las mujeres en el 25 por ciento inferior, reportaron los investigadores. El equipo de Lyall intentó buscar otras explicaciones. Tuvieron en cuenta factores como, por ejemplo, la edad, la raza y el peso de las madres. Pero los niveles de PCB seguían estando vinculados con el riesgo de autismo, hallaron los investigadores. Pero es difícil responsabilizar a una sustancia química, dijo Lyall. En la vida diaria, las personas no se exponen a sustancias de forma aislada, indicó. Su equipo también planea estudiar si las mezclas de diferentes sustancias están vinculadas con el riesgo de autismo. Pero lo que está claro es que muchos estudios han vinculado los PCB con unos efectos perjudiciales para la salud. "Sabemos que estas sustancias pueden tener efectos en el sistema inmunitario y el endocrino [hormonal]", dijo el Dr. Daniel Coury, director médico de la Red de Tratamiento de Autismo de Autism Speaks. "Lo preocupante", dijo, "es que son bastante ubicuos". Décadas después de que fueran prohibidos, los PCB siguen estando en el aire, el suelo y el agua. Las personas siguen exponiéndose a través de la comida (sobre todo el pescado, la carne y los productos lácteos) y respiran aire contaminado con PCB, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Los aparatos eléctricos viejos y la iluminación fluorescente también pueden ser fuentes. Coury enfatizó que aunque el nuevo estudio estuvo "bien hecho", no demuestra que los PCB contribuyan al autismo. "Nos gustaría ver si los hallazgos se pueden replicar en otros grupos", dijo. "¿Se observa la misma asociación en Nebraska? ¿O en Francia?". También es importante mantener los hallazgos en perspectiva, dijeron Coury y Lyall. Un incremento del 80 por ciento suena preocupante. Pero se trata del aumento relativo comparando los niños con la exposición prenatal a los PCB más alta con los niños con la exposición más baja, dijo Lyall. Los CDC estiman que aproximadamente el 1.5 por ciento de los niños de EE. UU. tienen un trastorno del espectro autista, indicó Coury. "Para empezar, es un riesgo bajo", dijo. "Así que incluso con un aumento del 80 por ciento, sigue siendo bajo". Además, según los CDC, estudios recientes han mostrado que los niveles de PCB en los estadounidenses se están reduciendo. Por ahora, dijo Lyall, las mujeres embarazadas pueden tomar medidas para reducir su exposición al PCB. Quitar la grasa de la carne, evitar el pescado de las aguas contaminadas con PCB y deshacerse de los aparatos viejos son algunas de las maneras. Muchos estados de EE. UU. tienen sistemas de avisos que advierten a las personas del pescado y la fauna contaminada con PCB, según los CDC.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctorFUENTES: Kristen Lyall, Sc.D., assistant professor, A.J. Drexel Autism Institute, Drexel University, Philadelphia; Daniel Coury, M.D., medical director, Autism Treatment Network, Autism Speaks, New York City; Aug. 23, 2016, Environmental Health Perspectives, online HealthDay