Si es usted de los que acostumbra a meterse un pepinazo de ibuprofeno ante el menor dolor de cabeza, deje de hacerlo. El consumo continuado de dosis de 600 miligramos por toma –que es la que contienen las pastillas de las cajas más vendidas en España– favorece la aparición de complicaciones de la salud que puede resultar fatales. Médicos y farmacéuticos alertan de que el abuso de este medicamento propicia la aparición a corto plazo de problemas gástricos, renales y de derrames de sangre en forma de ictus y trombosis. Una campaña informativa advierte a la población de que la dosis máxima de este fármaco, por regla general, no debería superar los 400 miligramos por toma.