«La ‘carabela portuguesa’ que llega muerta a las playas también pica».eldiariomontanes.es. 01/08/08. «Siempre estuvo en el Cantábrico, aunque hay otras como la ‘velella’, inofensiva, y la ‘pelagia’, que brilla». El doctor en Biología Marina Luis Olaso sabe muchas cosas sobre las medusas, el mayor enemigo público y el más mediático de las playas este verano. Este investigador madrileño lleva treinta años trabajando en el Centro Oceanográfico de Santander. Es toda una autoridad en Ecología Trófica y por, si no fuera tarjeta de visita suficiente, sus setenta campañas de investigación pesquera convierten a este estudioso de peces en todo un experimentado lobo de mar.Ver noticia reciente:Consejos sobre medusas andaluzas.
El doctor en Biología Marina Ignacio Olaso en su despacho en el Oceanográfico de Santander
-Medusa por aquí, medusa por allá… ¿Qué diablos ocurre ahora con ellas? -Llevan millones de años navegando por los océanos. Lo que sucede ahora es que la información es tremenda. Antes una picadura quedaba reducida al ámbito de lo local y ahora sale en el telediario. -Pero, en la costa cántabra están apareciendo en julio más ejemplares de ‘carabelas’ que otros veranos. -Parece ser que hay más. No es la medusa típica. Estos animales son hidrozoos. -¿Huy!, suena a puro agua y menuda firma de fuego que dejan en la piel. -Son individuos que tienen una parte pólipa muy pequeña, es la fase en que están fijas en el mar y, cuando se libera una parte medusoide que dura mucho más tiempo, flotan en la superficie del agua. En esta clase se incluyen los sifonóforos. Forman colonias flotantes de individuos pólipos y medusas con grandes células de veneno para defenderse. -¿Así que la ‘carabela’ es un sifonóforo? -Sí, la ‘carabela portuguesa’ pertenece a este tipo. Se distingue por tener un flotador arriba que se llama pneumatóforo, que se hincha y se deja llevar por la corriente. Debajo dispone de unos tentáculos que pueden llegar a diez metros de longitud. -¿A qué dedican su tiempo éstos inquietantes bichos de agua? – A depredar. Por lo general están en alta mar, entre ocho a diez millas de la costa. Las medusas se dejan llevar por el viento con sus tentáculos abiertos y los pececitos y los pequeños organismos que hay en el plancton quedan paralizados con su veneno y los devoran. El problema surge cuando los vientos las acercan a la costa. -¿Pican a los bañistas porque les ven como invasores de su territorio o simplemente porque chocan? -Nosotros no somos presas suyas. El alimento lo tienen en alta mar. Lo que pasa es que estos animales en el Mediterráneo y en zonas tropicales son peligrosísimos para los buceadores. En esas latitudes van sin ninguna protección porque el agua está caliente. No llevan un traje de neopreno como sucede aquí en el Cantábrico. Cuando se encuentran con una ‘carabela’ les puede coger un trozo grande de tentáculo con miles de células urticantes que producen un veneno hemolítico. Mata los glóbulos rojos, provoca parálisis e incluso la muerte si se ha recibido un número elevado de picaduras o son personas alérgicas. -¿Ay! ¿Y las que llegan muertas a la playa también pican? -Si, también. Los trozos de tentáculos de las medusas muertas llegan a las rompientes, donde juegan los niños y hay personas paseando. Si se les pisa o intenta coger, se disparan las células urticantes y se produce el dolor del latigazo y la quemadura. -Si eso sucede en el horario de playa en que no hay socorristas ¿qué es lo primero que hay que hacer? -Conviene limpiar con guantes toda la zona afectada y con agua de mar. Jamás con agua dulce, porque provoca que las células urticantes piquen más. Es muy útil el ácido acético al cinco por ciento y hay gente que utiliza el vinagre pero éste puede dañar la piel. Lo mejor si es grave la quemadura es conducir al afectado al hospital. -¿Qué me puede decir sobre la población de estos bichos acampanados? -Su abundancia depende de muchos factores. Influyen altas de temperatura y que tengan mucho alimento en el mar, como ocurre en esta época. Las ‘carabelas’ comen planctón, desde larvas de peces a pequeños crustáceos de dos, tres y cuatro centímetros. -¿Está segurísimo de que siempre hubo ‘carabelas’ en el Cantábrico? -Sí. Es también muy famosa la ‘pelagia noctiluca’. Es una medusa pura que se llama así porque de noche brilla. Ha aparecido esporádicamente en el Cantábrico. O la ‘velella’ que no es peligrosa para los humanos ya que debido a su pequeño tamaño sus células urticantes no consiguen atravesar la piel. -Saltando a otra cosa ¿qué peces se comen a los bocartes? -La caballa, la bacaladilla y la merluza. También los delfines, los tiburones y los atunes cuando vienen. -Supongo que su mayor depredador es el hombre. -Exactamente. -¿Cree realmente que el bocarte ha desaparecido por los depredadores con mayúsculas? -No. Es un pelágico de vida corta. Además sufre fluctuaciones debido a fallas en el reclutamiento, es decir en los nuevos ejemplares nacidos que sobreviven y se incorporan a la población. Y por lo tanto, repercute en el stock. -¿Cuáles son los peces de fondo más longevos? -La merluza y el rape. Por eso cuando hay un año con una buena reproducción esos reclutas pueden aguantar varios años.
MEDUSAS DEL CANTÁBRICO- ‘carabela portuguesaŽ: Su nombre científico es Physalia physalis. No es exactamente una medusa sino un sifonóforo (pólipo). Mide unos 30 centímetros pero sus tentáculos pueden superar los 10 metros. Es muy tóxica. – ‘pelagia noctiluca’: También conocida por Clavel. Esta pequeña medusa es translucida con tintes rosados y azules, y su contacto produce un fuerte prurito. Es la especie que causa más problemas a los bañistas en el Mediterráneo. – ‘velella’ o ‘velero’: Es como una ‘carabela’ en miniatura. Nada libre. Posee una cresta o vela longitudinal transparente con reflejos azulados y verdes. Utilizada el viento para moverse. Posee un veneno urticante pero es inofensiva para el hombre. Se encuentra a la deriva y es arrastrada por los temporales a las playas.