16 profesores de la UCLM investigan para almacenar mercurio sin riesgo. vivealmaden.com. 21/10/07. El mercurio tiene los días contados. El metal de Almadén, donde están las minas más importantes y antiguas del mundo, se encuentra en el corredor de la muerte, de hecho, la Unión Europea, alentada por los últimos informes científicos que demuestran su potencial dañino para la salud, le ha puesto fecha de ejecución: julio de 2011, que podría adelantarse a diciembre de 2010. A partir de ahí no se podrá comercializar este metal y sus restos se tendrán que almacenar de manera segura, como ha venido haciendo Minas de Almadén y Arrayanes (Mayasa) del grupo SEPI, en esta localidad del suroeste de la provincia de Ciudad Real.
Mercurio
(Sertox)
Europa se prepara ahora para almacenar el mercurio excedentario, quiere hacerlo sin riesgos y precisamente ha elegido la experiencia de Mayasa en el depósito de Las Cuevas, en Almadén, para desarrollar el gran proyecto Mersade, en el que llevan unos seis meses investigando 16 profesores de diferentes departamentos de la Universidad de Castilla-La Mancha, dirigidos por el catedrático Pablo Higueras, del Departamento de Ingeniería Geológica y Minera de la Escuela Politécnica de Almadén. “Vamos a diseñar algo que no existe en el mercado. Ahora mismo hay empresas que buscan alternativas enterrando el metal en minas de sal o excavaciones profundas, pero lo que nosotros vamos a desarrollar es un depósito al aire libre que almacene el metal de manera segura”, explica Higueras. 4, 2 millonesEl proyecto cuesta nada menos que 4,2 millones de euros, la mitad de ellos los aporta la Comisión Europea, y en él participa también Mayasa y el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (tendrá que decidir de qué material se construye el depósito). La fecha fijada para que finalicen los trabajos es septiembre del año 2009, pero a mediados del año que viene el grupo de la Universidad de Castilla-La Mancha tiene que tener los primeros datos sobre emisión de vapores de mercurio a la atmósfera. “Buscamos que el mercurio se almacene de la manera más segura y controlada posible, que el almacenaje sea al aire libre y que se pueda instalar en cualquier terreno adecuado”, aclara el director del proyecto. En principio la idea de Mayasa es que Almadén tenga uno de estos depósitos, pero en la Unión Europea -de hecho ha formado parte de los últimos debates del Parlamento Europeo- se barajan otras posibles ubicaciones en países como Alemania. El prototipo perfectoLo seguro es que el Mersade tiene que salir el prototipo de almacén perfecto, en el que el riesgo de emisión de vapores de mercurio a la atmósfera, lo grave de este metal en horas de popularidad bajas, sea inexistente o mínimo. Además de profesorado de la Escuela Politécnica de Almadén, como el mismo Higueras, en el proyecto investigan también profesores de la Facultad de Químicas y de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola (ITA), “hay dos becarios, aparte del personal de plantilla”, añade Higueras. El cometido de los investigadores de la Universidad es medir las emisiones de mercurio que hay en las instalaciones actuales de Mayasa en Almadén e intentar mejorarlas. Sus cálculos y mediciones se aplicarán para construir el prototipo que será “muy seguro” y se instalará “ya sea en Almadén o en otra parte, en un lugar alejado de la población y al aire libre”. Según Higueras el mercurio tiene unos compuestos potencialmente muy peligrosos, como el metil-mercurio, pero “sólo si esos vapores se respiran en grandes cantidades y de manera continuada pueden suponer riesgo de intoxicación para el hombre”. Higueras desmitifica la peligrosidad del mercurio: si fuera tan dañino como se dice no habría podido vivir nadie en Almadén. Pablo Higueras, catedrático del Departamento de Ingeniería Geológica y Minera de la Escuela Politécnica de Almadén, opina que existe una excesiva psicosis en la Unión Europea, importada de Estados Unidos, con respecto a la peligrosidad del mercurio, y aclara que no es para tanto: “¿Qué habría sido de Almadén y su comarca si el mercurio fuera la ‘bomba tóxica’ de la que se habla en los últimos años?”, se pregunta. El profesor asegura que es cierto que tiene componentes muy peligrosos, pero para que sea tóxico se tienen que dar circunstancias concretas, por un lado respirar durante mucho tiempo una atmósfera cargada de vapores de mercurio, “por eso los mineros de Almadén trabajaban ocho días al mes en la mina para espaciar la exposición”. La otra posibilidad de intoxicación es el metil-mercurio, una especie de mercurio bastante escasa que determinados peces, como el atún, que se consume mucho, acumulan en su organismo y que puede llegar al hombre . El consumo de pescado con alto contenido de metil-mercurio provoca lo que se llama la enfermedad de ‘minamata’, que toma el nombre de una bahía de Japón en la que había una fábrica que vertía, el metil-mercurio al mar y éste pasó a los peces. “Está claro que no es bueno que se emitan vapores de mercurio a la atmósfera, y por eso estamos ideando el nuevo sistema de almacenamiento. Si lo hacemos bien la emisión de vapores será cero, pero incluso haciéndolo mal será mínima y no supondrá ningún peligro para nadie; la peligrosidad es indirecta, es malo que circule mucho porque al final se envenenan los peces”, concluye el experto.