La escolopendra con hasta 23 pares de pies causa mucho dolor. teinteresa.es. 09/08/12. Entre los miriápodos se distinguen la escolopendra y el ciempiés doméstico.De los miriápodos, la escolopendra inyecta su veneno con dos pinzas que tiene en la cabeza.Los miriápodos se dividen entre la escolopendra y el ciempiés doméstico. De acuerdo con el Instituto Nacional de Toxicología, la inyección del veneno que entraña más riesgos de esta especie de animales es el de la escolopendra.
¿Cómo se pueden diferenciar?La escolopendra tiene una figura alargada y plana de unos 20 centímetros que sostienen entre 21 y 23 pares de pies. Este animal puede amargar las vacaciones a más de uno cuando hace dos pinzas con las que inocua el veneno que tiene, situadas detrás de la cabeza. En cambio, el ciempiés doméstico tiene en común que su cuerpo es plano, pero se caracteriza por su rapidez al caminar gracias al par de patas que tiene por cada segmento. A veces, la escolopendra y el ciempiés son equivocados con los milpiés, cuyos roces en la piel humana causa un poco de irritación. Su cuerpo es cilíndrico, no plano con en los otros casos. Con dos pares de patas por cada segmento, se distinguen por las cavidades que tiene en sus laterales que le sirven para protegerse de parásitos. Al ciempiés doméstico se puede ver, en concreto, en Galicia y en Asturias. En España, la escolopendra se encuentra en cualquier provincia, en lugares oscuros y abundantes en piedras y cuando tiene gran actividad por la noche, dedica el día a descansar en espacios rocosos.
Así que como señala la doctora Salomé Ballesteros del Instituto Nacional de Toxicología, los “accidentes suelen producirse por manipular piedras, o porque se esconden en la ropa o entran en la casa”. Por lo que hay que tener especial cuidado al ir de excursión al campo y ver donde se sienta uno, porque sin darse cuenta se puede estar molestando al animal o puede llevar a casa alejándoles de su habitat natural. ¿Y si una escolopendra pincha?Varios manuales especializados indican que el ataque de la escolopendra destaca por dejar dos pinchazos que causan mucho dolor, rojeces e hinchazón en la zona afectada. Entre sus posibles efectos están espasmos musculares, irregularidades en el pulso, e inflamación en los ganglios linfáticos. Este tipo de pinchazos se puede tratar de forma parecida a como se hace con una picadura de escorpión, procurando que la zona afectada se movilice lo menos posible. Una vez desinfectada la herida como medida de primeros auxilios se procederá a poner sobre ella paños fríos.