Las dibenzodioxinas policloradas (dioxinas) y los dibenzofuramos policlorados
coexisten como contaminantes indeseables producidos durante la combustión o
incineración de compuestos policlorados. Ellos se producen como resultados de la
combustión incompleta de numerosos productos que contienen cloro tales como PVC,
plásticos, procesos industriales diversos, etc. Se forman también en plantas de
incineración de residuos , escapes de motores de combustión, en la elaboración
de papel blanco, fuego en el hogar y por fumar cigarrillos. Las Dioxinas también
se forman durante la elaboración de muchos solventes orgánicos clorados,
hexaclorofeno y el herbicida 2,4,5-T, que fue retirado del mercado y que fue un
componente del defoliante usado en la guerra de Vietnam conocido como "Agente
Naranja". La especie humana, sufrió los efectos directos o combinados de
dioxina y otras sustancias, con gran impacto en la guerra de Vietnam ("Agente
Naranja"), la catástrofe de Seveso en Italia (l976), etc. Los agentes naranja,
rosa, púrpura y verde fueron todos herbicidas usados en Vietnam y que
contaminaron ese país en grados variables. De los efectos en Vietnam de la
dioxina, se sabe actualmente mucho, se ha podido calcular que fueron 170 kg de
dioxina esparcida en 1.700.000 hectáreas en la selva sudvietnamita, de los
cuales 1.000.000 de hectáreas quedaron seriamente afectadas y sus consecuencias
se viven aun hoy después de 35 años de haber empleado el "Agente Naranja"
como defoliante ya que persiste la presencia de estas mezclas en el suelo y la
vegetación, y en definitiva su alta introducción en la cadena alimentaria de los
vietnamitas. En Italia la explosión de una fabrica de herbicidas clorofenoxi
produjo la catástrofe de Seveso. Actualmente, luego del atentado a las Torres
Gemelas se ha encontrado esta sustancia en el aire atmosférico de Nueva York.
Desde 1983 las dioxinas no son elaboradas más en EE.UU. La mayor exposición
ocupacional es la producción de triclorofenol. Otras ocupaciones con elevados
riesgos de exposición incluyen bomberos, incineradores municipales y de otros
tipos, y personas que trabajan en la producción de herbicidas clorados,
germicidas y solventes orgánicos. Las dioxinas son ubicuas en el medio ambiente.
Los alimentos representan el 90% de la exposición humana siendo las principales
fuentes la carne, pescados y lácteos. Solamente el 1% proviene de la inspiración
de aire inhalado. No se conocen casos de muertes por exposición aguda a
dioxinas. Existen por lo menos 75 congéneres de dibenzo-p-dioxinas, conocidas
todas como dioxinas. Es un tóxico con gran afinidad por los lípidos. A los 5
minutos de su ingreso un 15 % de la concentración se localiza en pulmón y un 1%
en tejido adiposo. En las 24 horas posteriores un 0,3% está en pulmón y un 20 %
en tejido adiposo, su unión a proteínas limita el paso al SNC (cerebro), pasa
libremente la placenta, pero su acumulación en el feto es mínima ya que este
tiene poca grasa. No se han asociado síndromes típicos a la exposición de
estas sustancias excepto el cuadro cutáneo conocido como cloroacné. Las personas
agudamente expuestas han exhibido síntomas como quemaduras de piel y membranas
mucosas, irritación ocular, náuseas, vómitos, diarrea sanguinolenta, sangrado
nasal, dolor muscular, debilidad, ataxia y coma. Exposición crónica se ha
observado en los trabajadores de la fábrica de estas sustancias ,acné clorado o
cloracné (comedones y vesículas retroauriculares) e irritación de mucosas. Mucho
menos frecuentemente se han descripto alteraciones hemáticas, alteraciones
renales, porfiria cutánea tarda, inestabilidad emocional, cefalea, fatiga,
alteración neurológica. La posibilidad de teratogenicidad, carcinogenicidad
y efectos reproductivos ha sido y es objeto de debate sin existir resultados
concluyentes tanto para afirmar o descartar su influencia. Octubre 21, 2001 1:53
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