Además del importante número de pies y los dos centenares de glándulas venenosas, cuyo origen sigue siendo un misterio, el invertebrado tiene un aparato bucal de extraño aspecto con una función aún desconocida y un cuerpo cubierto de largos pelos sericígenos. Asimismo, en la boca del misterioso milpiés han sido encontrados inusuales formaciones cuya función aún no se conoce.Y quizá lo más curioso de este diminuto pero peligroso animal no son sus patas o su veneno, sino sus habilidades sexuales: el artrópodo dispone de cuatro penes, que al parecer han evolucionado a partir de sus pies.