Introducción
En 1993 la Academia Americana de Toxicología Clínica
(AACT) y la Asociación Europea de Centros de Intoxicaciones
y Toxicólogos Clínicos (EAPCCT) acordaron colaborar
en la preparación y diseminación de las Declaraciones
de Posición en puntos clave de la toxicología
clínica, incluyendo la descontaminación del
intestino, para aprovechar la pericia y la experiencia disponibles
en ambas sociedades. Se reconocía también que
la producción de prácticas válidas clínicas
es muy costosa en términos de tiempo profesional y
de que la duplicación de esfuerzos debe ser evitada.
Las Declaraciones de Posición desarrollan sistemáticamente
las pautas clínicas para proporcionar tratamientos
adecuados a pacientes intoxicados, brindando una fuente de
información recientemente revisada. Se intenta que
estas Declaraciones sean instrumentos importantes para asegurar
que datos pertinentes de investigación sean incorporados
rápidamente a la práctica clínica.
Además de actuar como medio de educación toxicológica
continua, las Declaraciones de Posición promoverán
también el cuidado óptimo del paciente al recomendar
las bases de protocolos de tratamiento con la evidencia científica
y el consenso amplio, teniendo en cuenta las variaciones justificables
en la práctica. Estas Declaraciones deben ser utilizadas
para informar sobre la decisión médica que se
tomará, no para imponer las decisiones médicas.
Los médicos deben ser libres de disentir con estas
pautas cuándo nuevos datos garanticen otras estrategias
de tratamiento específicas a las necesidades de sus
pacientes.
Cada Declaración de Posición tiene incluye:
- Resumen
- Resumen de la Posición
- Documentación de soporte
- Introducción
- Exposición razonada
- Estudios in Vitro (cuando sea pertinente)
- Estudios en animales
- Estudios en voluntarios
- Indicaciones
- Régimen de dosificación
- Contraindicaciones
- Complicaciones
- Appendix (Descripción del método del tratamiento).
Jarabe de Ipeca
El jarabe de Ipeca (JI) no debe ser administrado rutinariamente
en el manejo de pacientes intoxicados. En estudios experimentales
la cantidad de marcador removido por el JI era sumamente variable
y disminuía con el transcurrir del tiempo. No hay evidencias
a través de estudios clínicos que el JI mejore
la evolución de pacientes intoxicados y su administración
de rutina en los Servicios de Emergencia debe ser abandonada.
Hay datos insuficientes para sostener o excluir la administración
de JI poco después de la ingestión de un tóxico.
La demora en la administración del JI puede reducir
la eficacia del carbón activado, de antídotos
orales, y del lavado intestinal completo. El JI no debe ser
administrado a un paciente que tenga disminuido el nivel de
conciencia o que sea inminente la pérdida del conocimiento
o que haya ingerido una sustancia corrosiva o hidrocarburo
con elevado riesgo de aspiración.
Dosis única de carbón activado
El carbón activado (CA) en dosis única no debe
ser administrado rutinariamente en el manejo de pacientes
intoxicados. Basados en estudios en voluntarios, la eficacia
del CA disminuye con tiempo; el mayor beneficio está
dentro de la 1ª hora de ingestión del tóxico.
La administración de CA debe ser considerada si un
paciente ha ingerido una cantidad potencialmente tóxica
de una sustancia (que se sabe que puede ser adsorbida por
el CA) hasta 1 hora previamente; los datos son insuficientes
para sostener o excluir su utilización después
de 1 hora de ingestión del tóxico. No hay pruebas
que la administración de CA mejore la evolución
clínica. A menos que un paciente tenga intacta o protegida
la vía aérea, la administración de carbón
está contraindicada
Lavado gástrico
El lavado gástrico (LG) no debe ser empleado rutinariamente
en el manejo de pacientes intoxicados. En estudios experimentales,
la cantidad de marcador removido por LG es sumamente variable
y disminuye con el transcurrir del tiempo. No hay pruebas
ciertas que su utilización mejore el resultado clínico
y además puede causar significativa morbilidad. El
LG no debe ser considerado a menos que un paciente haya ingerido
una cantidad que potencialmente ponga en riesgo la vida del
mismo y el procedimiento pueda ser realizado dentro de los
60 minutos de la ingestión del tóxico. Aún
entonces, el beneficio clínico no ha sido confirmado
en estudios controlados. A menos que un paciente sea intubado,
el LG está contraindicado si la vía aérea
ha perdido los reflejos protectores. Está también
contraindicado si un hidrocarburo con elevado riesgo de aspiración
o una sustancia corrosiva ha sido ingerido.
Purgantes
La administración de purgantes solos no tiene ningún
rol en el manejo del paciente intoxicado y no se recomienda
como método de descontaminación del intestino.
Los datos experimentales son contradictorios al considerar
el empleo de purgantes en combinación con CA. No han
sido publicados estudios clínicos que investiguen la
capacidad de un purgante, con o sin CA, de reducir la biodisponibilidad
de drogas o de mejorar el resultado de la evolución
de pacientes. Basados en datos disponibles, el empleo rutinario
de un purgante en combinación con CA no está
aprobado. Si un purgante es utilizado, se debe limitar a una
única dosis para minimizar los efectos adversos.
Lavado intestinal completo
El lavado intestinal completo (LIC) no debe ser utilizado
rutinariamente en el manejo de pacientes intoxicados. Aunque
estudios en voluntarios han mostrado substancial disminución
de la biodisponibilidad de las sustancias ingeridas, no hay
ningún ensayo clínico controlado que se haya
realizado y no hay pruebas concluyentes de que LIC mejore
la evolución del paciente intoxicado. Basados en estudios
en voluntarios, LIC puede ser considerado para ingestiones
potencialmente tóxicas de drogas de liberación
sostenida o con revestimiento entérico. Los datos actuales
resultan insuficientes para sostener o excluir su empleo en
ingestiones potencialmente tóxicas de hierro, plomo,
zinc, o paquetes de drogas ilícitas (en "mulas"
o body packers); LIC se mantiene como una opción teórica
para estas ingestiones. El LIC está contraindicado
en pacientes con obstrucción intestinal, perforación,
íleo, y en pacientes con la inestabilidad hemodinámica
o vías aéreas no protegidas. El LIC debe ser
utilizado cuidadosamente en pacientes debilitados, o en pacientes
en que las condiciones médicas puedan ser comprometidas
por su utilización. Una sola dosis de CA administrada
antes del LIC no parece disminuir la capacidad de unión
del CA o alterar las propiedades osmóticas de la solución
de LIC. La administración de CA durante el LIC parece
disminuir la capacidad de unión del CA.
Alcalinización de la orina
La alcalinización de la orina es un régimen de tratamiento que aumenta la eliminación del tóxico con la administración de bicarbonato de sodio intravenoso, llevando la orina a un pH de 7.5. La alcalinización de la orina aumenta la eliminación de la clorpropamida, el ácido 2.4-D, el diflunisal, el fluoruro, el mecoprop, metotrexate, fenobarbital, y salicilatos. Se debe considerar de primera línea en el tratamiento de los pacientes con intoxicación moderada a severa de salicilatos que no resuelven con los criterios para la hemodialisis. La alcalinización y el alto flujo de la orina (aproximadamente 600 mL/h) se deben también considerar en pacientes con intoxicación severa con ácido 2.4 diclorofenoxiacético y el mecoprop. Para las otras sustancias ver el texto completo (
en inglés). La administración del bicarbonato puede provocar alcalosis (un aumento en la sangre del pH o reducción de la concentración del ion hidrógeno); se han registrado valores de pH que acercaban a 7.70. La Hipokalemia es la complicación más común pero se puede corregir dando suplementos de potasio. Tetania alcalótica ocurre de vez en cuando, pero la hipocalcemia es rara. No hay evidencia para sugerir que la alcalosis de la corta duración (más que algunas horas) plantee un riesgo de vida en individuos normales o en aquellos con enfermedad arterial coronaria y cerebral.
Dosis múltiples de carbón activado
Aunque muchos estudios en animales y en voluntarios han demostrado que dosis múltiples de carbón activado aumentan significativamente la eliminación del fármaco, esta terapia no ha sido aún demostrado en un estudio controlado en pacientes intoxicados para reducir la morbilidad y mortalidad. Se requieren estudios adicionales para establecer su papel y el régimen de dosificación óptimo de carbón activado a administrar.En base a estudios experimentales y clínicos, dosis múltiples de carbón activado sólo deben considerarse si el paciente ha ingerido una cantidad potencialmente mortal de carbamazepina, dapsona, fenobarbital, quinina o teofilina. Respecto al uso en intoxicaciones con estos fármacos hay datos que confirman la eliminación mejorada, aunque no existen estudios controlados que hayan demostrado beneficio clínico.Aunque los estudios en voluntarios han demostrado que dosis múltiples de carbón activado aumentan la eliminación de amitriptilina, dextropropoxifeno, digitoxina, digoxina, disopiramida, nadolol, fenilbutazona, fenitoína, piroxicam, y sotalol, no hay suficientes datos clínicos para apoyar o excluir el uso de esta terapia.El uso de múltiples dosis de carbón en la intoxicación por salicilato es controvertido. Un estudio en animales y 2 de 4 estudios con voluntarios no demostraron mayor ventaja en el uso de carbón activado con la terapia de dosis múltiples. Los datos en pacientes intoxicados actualmente son insuficientes para recomendar el uso de la terapia de carbón de múltiples dosis en la intoxicación con salicilatos.Múltiples dosis de carbón activado no aumentó la eliminación de astemizol, clorpropamida, doxepina, imipramina, meprobamato, metotrexato, fenitoína, valproato de sodio, tobramicina y vancomicina en estudios experimental y / o clínicos.A menos que un paciente tenga una vía aérea intacta y protegida, la administración de múltiples dosis de carbón activado está contraindicada. No se debe utilizar en presencia de una obstrucción intestinal. La necesidad de la administración concurrente de catárticos no se ha comprobado y no se recomienda. En particular, los catárticos no se deben administrar a los niños pequeños a causa de la propensión de los laxantes a causar desequilibrios hidroelectrolíticos.En conclusión, en base a estudios experimentales y clínicos, dosis múltiples de carbón activado debe ser considerada solamente si el paciente ha ingerido una cantidad potencialmente mortal de carbamazepina, dapsona, fenobarbital, quinina, o la teofilina.
Esta declaración fue redactada por JA Vale, Krenzelok EP, y Barceloux GD [Clinical Toxicology, 37(6), 731–751 (1999)]
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