La jarra loca está cada vez más loca. diaadia.com.ar.31/01/11. Por día se internan al menos seis personas en Córdoba. En las mezclas se usa cualquier tipo de remedio. Cientos de términos se inventaron para hablar del alcohol y sus mezclas. Los jóvenes mencionan la “jarra loca”, los adultos diferencian una anfetamina de un psicofármaco y los especialistas catalogan el fenómeno como un “boom del policonsumo”. Sea como fuere la mención, seis personas al día se internan por intoxicaciones con alcohol y drogas, según los reportes de los tres hospitales referentes en Toxicología de Córdoba. Y en todos los casos, la tendencia es la misma: cada vez se mezcla más. Sigue…
(Sertox)
El Departamento de Toxicología del Hospital de Urgencias intenta revivir al año a 3.500 personas que cayeron en la trampa de algún o que otro químico tóxico. De ellas, el 34 por ciento (1200) corresponden a intoxicaciones graves con alcohol, drogas o las dos a la vez, según reportes del área. La mayoría llega en coma. En el Hospital San Roque, el 36 por ciento de los ingresos en guardia son por estas intoxicaciones. Durante 2010, el centro de salud asistió a 456 pacientes con sobredosis de medicamentos y 281 personas bien pasadas de copas. Integran este grupo quienes abusaron del alcohol “para pasarla bien” hasta los que intentaron suicidarse. La mayoría de los internados tenía entre 16 y 35 años.
Como el alcohol no es exclusivo de los adultos, el Hospital de Niños también recibe a diario chicos con resaca. En 2010, 131 niños ingresaron con sobredosis de medicamentos y 82, con mezclas de alcohol y otras sustancias. Si bien una parte de ellos consumió pastillas en forma accidental, la mayoría de los ingresos fueron por abuso intencional.
De la suma los reportes de los tres centros de salud se infiere que 2.150 personas al año (seis por día) se internan por la explosiva mezcla de los tres componentes (alcohol, medicamentos y drogas). De ahora en más, identificada como Jarra Loca.
Vientos de cambio. No está claro si la jarra loca ha sufrido una evolución o una involución (por caso tampoco está claro en el hombre). Lo que sí se sabe es que cambiaron sus componentes. “Originalmente llevaba siete medidas de alcohol, una de kerosene y una de lavandina. Luego pasó a contener alcohol más psicofármacos. Ahora le ponen esas dos sustancias más cualquier tipo de pastillas”, explica Daniel Gómez, jefe de Toxicología del Hospital de Urgencias.
En el Hospital de Niños, sí leyó bien, en el de Niños, las mezclas de antes se hacían con alcohol y antipiréticos o analgésicos. Ahora con benzodiacepinas como el Clonazepam, según informó Nilda Gait, jefa del servicio.
Gómez explica el policonsumo a partir de la historia: “Los hippies consumían marihuana y morfina, depresores del sistema nervioso central, porque buscaban todo paz y amor. Ahora el adicto busca drogas estimulantes, como cocaína, éxtasis y LSD, porque está inmerso en un contexto de violencia”.
El alcohol se consume desde temprano, coinciden los especialistas. “El promedio de edad de inicio es de 11 a 12 años. Pero hemos tenido casos de chicos de 8 años alcoholizados”, puntualizó Gómez.
Hasta las sales de baño forman parte del “cóctel”
Entre las “novedades” en los patrones de consumo se destaca la incorporación de las sales de baño. “Los jóvenes se las aspiran, las toman o se las inyectan. Las sales tienen derivados de la anfetamina, que son drogas lúdicas. Causan un efecto estimulante y psicodélico, como el éxtasis, que se asocia a la luz y a la música”, agregó Gómez.
Pese a que las “contraindicaciones” de las sales de baño comienzan a salir a la luz, el Urgencias no ha registrado casos. Andrea Vilkelis, médica del servicio, asegura que lo más común son las mezclas de alcohol y muy por debajo, los hongos alucinógenos.
El Paco sigue sin pisar fuerte en Córdoba. Desde el Departamento de Toxicología del Urgencias tienen su propia teoría: “El Paco no pisa en Córdoba porque la cocaína que se produce en la provincia se va al exterior, donde se vende más caro. Como en Buenos Aires son más rigurosos los controles, el proceso se queda en la cocina. El que está produciendo droga, después de que lo pescaron, comienza a vender los componentes que le quedaron. Es lo que llaman Paco”, explica Gómez.
La hoja de coca tiene 14 alcaloides, de los cuales uno, el clorhidrato, se extrae para producir la cocaína. El resto se desecha. A menos que se venda el producto de una cocina a medio terminar: los 14 alcaloides de la coca, incluidos los sulfatos, cementos, cal, acetona y kerosene. “No se trata de un fondo de olla. No es como hacer arroz con pollo, ni siquiera se quema nada. La gente que produce Paco sabe lo que hace”, agrega el especialista.
“Trabajamos a ciegas”
Hay una forma más segura de conocer en pocas horas qué consumió una persona: el dosaje de alcohol y drogas en sangre. Pero en Córdoba no se hace. “Córdoba no está adherida a la Ley Nacional de Alcoholismo de Drogadicción, por eso seguimos sin poder hacer los dosajes. Trabajamos a ciegas. En base a lo que ellos refieren que consumieron y los síntomas clínicos. Pero no podemos detectar en forma precisa la sustancia porque no podemos hacer el test”, agregó Gómez.