Con un poder mayor que el de la caña de azúcar. Producido por abejas, a partir del néctar de las flores o de secreciones de partes vivas de plantas. Las abejas luego de recogerlas combinan estas sustancias con elementos propios y realizan la transformación, para luego deshidratarla, depositarla y almacenarla en los panales para su maduración. Su composición es muy variada y su principal componente son carbohidratos como la fructosa y la glucosa, así como disacáridos. También posee oligosacáridos, enzimas, aminoácidos, niacina, ácido fólico, hierro, zinc y antioxidantes. Además de aportar un gran cúmulo de beneficios. Pero, cuidado puede resultar “tóxica o venenosa”. Así como lo leen: miel de abeja tóxica o venenosaNo todas las mieles de abeja son comestibles, al contrario, algunas de ellas son tóxicas. Éste es un aspecto que conocemos desde hace siglos y no pasó por alto a la atención de los habitantes de las tierras donde se produce este hecho por el impacto generado en el ser humano; el cual va desde patologías
Gastrointestinales
Cardíacas
Respiratorias
Neurológicas
Pérdida de memoria
Parálisis y hasta la muerte.
Por extraño que pueda parecernos, un producto tan característico de muchos hogares, puede llegar a tener propiedades intoxicantes que son capaces de originar serios trastornos corporales.El problema es la planta utilizadaLos diferentes tipos de miel existentes en el mundo se distinguen solo por el tipo de flor empleado para su elaboración. Es decir que la variedad de miel es por la variedad de plantas melíferas encontradas en la naturaleza; pero, resulta que algunas de estas plantas con las que las abejas elaboran su producto resultan ser tóxicas o venenosas, claro, no para las abejas; el problema resulta en la miel. Entre esta variedad de plantas toxicas tenemos la grayanotoxina que pertenece a la familia de los Rododendron, además, la azalea salvaje occidental, el género Ericaceae, Sweet, R. albiflorum Hook, R. macrophyllum D.Don ex G.Don, Azalea sp. Kalmia angustifolia L. o Ledum palustre L. Oeder entre otras. También en los néctares de algunas solanáceas como Datura stramonium L., D. metel L. o Hyoscyamius niger L. Durante el s. XIX hubo noticias acerca de intoxicaciones provocadas por este tipo de mieles en países como USA, Brasil, Sudáfrica o Nepal. Precisamente hacia finales de ese mismo siglo, en 1891, el alemán P.C. Plugge aislaba un compuesto tóxico de la miel (obtenida en la región de Trebisonda -Turquía- colindante con el Mar Negro) la andromedotoxina, hoy día llamada acetilandromedol,un tipo de grayanotoxina con lo que se confirmaban las palabras escritas por Jenofonte algunos siglos antes sobre toxicidad y envenenamiento por consumo de miel de abeja.