La contaminación química gana el abismo. Por Pierre Le Hir. lemonde.fr. 13/02/17. Los crustáceos de las profundidades del océano, alguna vez vírgenes de toda polucion, están fuertemente contaminados con contaminantes orgánicos persistentes.El fondo del mar es la última "terraincognita" de nuestro planeta. Un mundo casi inaccesible, casi inexplorado, que nos imaginamos que sigue siendo virgen, libre de cualquier contaminación. No lo es. Lleva, también, la marca indeleble de las actividades humanas. Esto es lo que revela un estudio realizado por investigadores británicos publicado el lunes, 13 de febrero en la revista Nature Ecología y Evolución.
Agua sin plásticos: ¿sólo en los acuarios?
(Sertox)
Les îles pacifiques. UNCREDITED / APAlan Jamieson (Instituto de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de Aberdeen en Escocia) y sus colegas examinaron dos de las fosas oceánicas más profundas: las Marianas, en la parte noroeste del Pacífico, y el Kermadec, en la parte suroeste. Estamos aquí en el área que los científicos marinos llaman "ultra profundas", la Zona Hadal, que comienza a partir de los 6000 metros por debajo del nivel del mar.Los científicos han hecho descender al fondo del océano un robot submarino equipado con redes, en las que quedan atrapadas, en los diversos niveles de la columna de agua (entre 7.200 y 10.000 metros de la fosa Kermadec y entre 7800 y 10 250 metros de las Marianas), las muestras de anfípodos. Estos pequeños crustáceos,con el cuerpo curvado, de aproximadamente un centímetro, se alimentan de toda la basura que cae entre sus mandíbulas: carroñeros, colectores de basura tipo de mares.Se han recogidomuestras de tres especies endémicas:Hirondelleadubia, Hirondellea gigas y BathycallisomaschellenbergiEstas ‘pulgas de arena’ fueron llevadas a la superficie, donde los investigadores analizaron el contenido de su grasa y los sólidos obtenidos después del secado: los contaminantes orgánicos persistentes (COP). Las moléculas que, como su nombre indica, tienen la característica de no degradar de forma natural, de modo que permanecen permanentemente en el suelo, el aire y el agua. Se acumulan en los tejidos de los seres vivos – animal o humano – que los inhalan o ingieren, con múltiples efectos deletéreos. Contaminación de gran alcance Les fosses des Mariannes et des Kermadec plongent à plus de 10 000 mètres de profondeur. NATURE ECOLOGY & EVOLUTION En savoir plus sur http://www.lemonde.fr/pollution/article/2017/02/13/la-pollution-chimique-gagne-les-abysses_5079052_1652666.html#PR09D60AeByoIFoo.99 Se han examinadodos grupos de compuestos que pertenecen a esta familia de productos químicos. Por un lado, los bifenilospoliclorados (PCB), que se utilizaron ampliamente en los años 1930-1970 por los fabricantes de aparatos eléctricos por sus propiedades aislantes, antes de ser prohibidos debido a su toxicidad. Por otro lado, los polibromodifeniléteres (PBDE), que se utilizaron en los años 1970 y 1980 en la industria del petróleo y aun se usan como retardantes de llama, a prueba de fuego para los plásticos, textiles y equipos eléctricos.Los autores del estudio informaron que habían medidoen los crustáceos "niveles extraordinariamente altos" de estos productos. Las cifras, expresados en nanogramos por unidad de masa corporal, pueden no decir nada a los no especialistas. Pero las comparaciones son instructivas: el contenido de PCB en particular, especialmente alto, escincuenta veces mayor que el de los encontrados en los cangrejos de río Liao, China,en el agua más contaminada y del mismo orden los detectados en la bahía de Suruga, una región altamente industrializada de islas del surde japon. "Estos datos muestran claramente una fuerte contaminación de origen humano que se bioacumula en la vida silvestre", concluyen los investigadores."Los niveles encontrados son muy significativos, dijo François Galgani, toxicólogo ambiental del Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER), que no participó en este trabajo. Son comúnmente afectadas las zonas costeras marcadas por una fuerte actividad industrial – como la Bahía de Seine en Francia – y para otros contaminantes, tales como metales, superaron significativamente a algunas zonas afectadas por la minería, por ejemplo, en Australia. Sin embargo, estas concentraciones aún no habían sido documentadas a tales profundidades. " Papel de los desechos plásticos Un spécimen d’Hirondellea gigas, prélevé dans la fosse des Mariannes. ALAN JAMIESON NEWCASTLE UNIVERSITY En savoir plus sur http://www.lemonde.fr/pollution/article/2017/02/13/la-pollution-chimique-gagne-les-abysses_5079052_1652666.html#PR09D60AeByoIFoo.99¿Cómo estas sustancias terminaron a 10.000 metros de profundidad, a cientos de kilómetros de distancia de la parte continental y, por lo tanto,de sus fuentes? Los autores suponen que han sido transportados por las corrientes de aire y de los océanos antes de ser arrastradas al abismo por agregados de materia orgánica (bacterias, células degradadas de fitoplancton, zooplancton y organismos marinos en descomposición) o inorgánica (partículas finas de sedimento, arcilla, micro-residuos). Estos agregados forman "nieve marina", una corriente continua que pueden transferir partículas contaminantes desde la superficie hasta los fondos.Una hipótesis es que el proceso es alimentado por los miles de millones de desechos de plástico de todos los tamaños que cubren el océano, en los que los contaminantes orgánicos persistentes se unen espontáneamente. En el Pacífico Norte se encuentra justamente una gigantesca zona de convergencia (o giro oceánico) de residuos plásticos, conocida como el "Gran Parche de Basura del Pacífico" o "la bandeja grande del Pacífico".Las consecuencias de esta contaminación en los ecosistemas de las profundidades marinas aún no se han estudiado. Los autores recuerdan que la producción de PCB se ha estimado, para todos los países, en 1,3 millones de toneladas, de las cuales se supone que dos tercios se encuentran hoy en día en los vertederos, o aun en equipos eléctricos. El último tercio se fusiono con el medio ambiente y los sedimentos marinos. Los vertidos de la civilización todavía no han terminado de intoxicara los mariscos de muy grandes profundidades y, con ellos, a la totalidad de la cadena alimentaria.