Colgados. Por Carla Perelló y Martina Noailles. surcapitalino.com.ar. 11/08/13. Un exhaustivo trabajo de Acumar determinó que el 25 por ciento de los niños que viven a orillas de la villa 21-24 tienen plomo en sangre. Sus viviendas se levantan precarias sobre terrenos que fueron basurales. La orden de relocalizarlos fue dada por la Corte hace 5 años. El Gobierno porteño no la cumple.Las villas 21-24 y 26 están ubicadas sobre los márgenes del Riachuelo Matanza, al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, los números son más claros que el agua: en la 21-24, de una muestra tomada a 962 niños menores de seis años “el 25 por ciento tiene plomo en sangre”, precisa un estudio socioambiental realizado por la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar).
El curso de agua contaminado desde hace décadas salpica las muestras, pero no es el único factor determinante. Los datos deben comprenderse dentro de un contexto en el que dos tercios de los hogares encuestados “tiene al menos una necesidad básica insatisfecha”. La solución: vivienda digna. Como respuesta inversa, el Gobierno porteño lleva recortado unos 6 millones de pesos del presupuesto asignado a la zona y, en cinco años, sólo relocalizó el 14 por ciento de las familias que viven en el Camino de Sirga. “La Ciudad lleva un gran retraso en las relocalizaciones, especialmente en las familias de la Villa 26 y la 21-24. Ellos mismos se comprometieron en audiencia pública a plazos que vencieron hace un año y hasta ahora, hay obras que no tienen fecha certera de finalización y muchas ni siquiera iniciaron”, dijo el vicepresidente ejecutivo de Acumar, Antolín Magallanes. Cada paso responde al fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que en 2008 exigió la limpieza de la cuenca. La Evaluación Integral de Salud en Áreas de Riesgo (Eisar), a la que tuvo acceso exclusivo Sur Capitalino, fue realizada en la Villa 21-24 hace un año por un equipo interdisciplinario de Acumar y diversos actores del barrio que fueron convocados a pedido del Centro de Atención Primaria de la Salud (Cesac) Nº 35. En la villa 26, los estudios finalizaron hace poco más de un mes, por lo que restan los análisis definitivos (ver recuadro). En la 21-24 viven 55 mil familias en 60 hectáreas. Son 1370 las que hay que relocalizar. Los plazos para que el Gobierno porteño lo concrete están todos vencidos. Al cabo de dos meses, en un radio de cien metros desde el Riachuelo, Acumar detectó 962 niños menores de seis años, 95 embarazadas y 158 adultos mayores de 60, a quienes les realizó los estudios. La evaluación cruza diversos factores, como análisis toxicológicos con condiciones habitacionales. Cada dato es una pista que apunta hacia una misma clave: la necesidad de la urbanización o de reubicación, ya que los especialistas coinciden en que alejarse de la zona de riesgo permite al organismo eliminar plomo, benceno o tolueno. Los vecinos abrieron los ojos grandes al tener los resultados en la mano. El valor de referencia (medida internacional) es hasta 5 microgramos por decilitro de sangre (5,1 ug/dl). La extracción capilar (del dedo) reveló que en “el 25 por ciento de los niños la presencia de plomo en sangre es superior a ese valor”. El 21,5 por ciento presenta un “probable retraso en su desarrollo”, según la evaluación psicomotriz. El dos por ciento de las embarazadas dio positivo en plomo, dato “superior a los valores esperados”, según indicó a Sur Capitalino Ivan Insúa, coordinador de monitoreo e investigación en Cuenca, de la Dirección General de Salud Ambiental de Acumar, que ya lleva censados en total unas 65 mil viviendas (entre Ciudad y Provincia de Buenos Aires). El procedimiento consistió en la entrega inmediata de los resultados para un pronto tratamiento. A los positivos se les solicitaron extracciones venosas para un análisis exhaustivo que, según Insúa, corresponde a la Ciudad entregar pero que sin embargo aún no llegaron a los vecinos. “A nosotros nos pasaron una lista con el detalle en abril, pero no a los vecinos en particular. Ahora que los tenemos podemos seguir con las derivaciones a los hospitales Pena o Garrahan”, contó el médico generalista Juan Caivano, del equipo de salud ambiental del Cesac Nº 35. Allí llegaron los resultados del relevamiento que realizó durante 3 meses trabajando 8 horas por día, el equipo de Acumar, compuesto por 60 especialistas. Los recursos que dispone el Cesac para hacer ahora las derivaciones es muchísimo menor. Son sólo 10 profesionales y sólo 3 horas a la semana. En la vida de la villa, la cercanía al Riachuelo “no es el único factor determinante” sobre la salud. También inciden las condiciones habitacionales: “En comparación con estudios realizados en barrios similares pero alejados de la Cuenca, se demostró que no hay diferencias significativas”, sostuvo el funcionario de Acumar. ¿Qué consecuencias tiene sobre la salud la presencia de plomo? ¿Se puede solucionar? “El plomo compite en el organismo con el calcio y el hierro, lo que puede predisponer a la persona a dos respuestas iniciales: trastornos en el desarrollo para el aprendizaje del niño y anemia”, explicó Caivano. De hecho, los resultados muestran que la prevalencia de anemia en menores de 2 años es del 32,1 por ciento y del 19,1 entre los 2 y los 5 años. En las embarazadas, la prevalencia es del 21,8. Aunque sólo el 19,1 por ciento de ellas consumía hierro medicamentoso y el 23,4 ácido fólico. Bajo tus piesAhora es cuando la historia de esas tierras comienza a sentirse. Durante la colonia ese espacio fue un basural a cielo abierto. Cerca del siglo XX instalaron la vía que divide al barrio por donde circuló el “tren de la basura”. A donde ahora se encuentra Loma Alegre supo ser “La quema”, de basura, claro. En la actualidad se detectó que el 48 por ciento de los hogares tiene piso de cerámica, baldosa, mosaico, mármol, madera o alfombrado, pero que el 3 por ciento es de ladrillo suelto o tierra. El plomo, según explicó Insúa, ingresa al organismo a través de la boca. No se aspira; se ingiere. Por eso, quienes más se enferman son los niños de entre 1 y 6 años, que gatean y juegan en el piso que, muchas veces, es directamente la tierra contaminada. La recolección de residuos, las cloacas y el agua segura, debería brindarlas el Estado porteño. Sin embargo, allí las conexiones son realizadas por los vecinos. “Están hechas con caños o mangueras pinchadas que se contaminan con las napas”, contó Marcelo Bagnatti, integrante de la Mesa por la Urbanización Participativa del barrio. Otro dato más que significativo es que el 42 por ciento de los censados no tiene inodoro o lo tienen sin descarga. Y del 58 por ciento que tiene descarga, el 17 tiene desagüe a pozo ciego o excavación en la tierra. Esas falencias, más las fallas estructurales de vivienda en particular, configuran lo que en el informe figura como “zona de riesgo muy alta, condiciones que se acentúan sobre la ribera”. El diagnóstico también indica que el 67 por ciento de los censados tiene “al menos una necesidad básica insatisfecha” y que el 20 por ciento está por debajo de la línea de pobreza. En la Ciudad los que están en esta situación son el 6 por ciento de la población, mientras que en la Comuna 4 representan el 13%. Roxana vive en la manzana 25, su hijo de 2 años dio positivo en plomo. “Me dijeron que no tenía que jugar con tierra, pero es imposible. Aunque sabemos que el suelo está relleno de basura”, contó la mujer que habita una de las dos manzanas en mayor riesgo de desmoronamiento del camino de sirga. El equipo del Cesac realiza talleres para informar cómo hacer para contrarrestar los efectos socioambientales. “Como los valores en plomo no son demasiado altos no hay un tratamiento específico”, precisó Juan Caivano, pero sí hay medidas preventivas a tomar. Por ejemplo, una adecuada nutrición de los niños y que luego de jugar se laven las manos, se saquen la ropa y se bañen. Quienes se dedican al acopio de residuos, deberían aplicar el mismo método, siempre y cuando la presión del agua sea la suficiente como para hacerlo. Carlos “Coco” Rivero, delegado del Camino de Sirga, criticó que el estudio se haya hecho a una parte de la población. “El chico que tiene diez meses más que su hermano vive en las mismas condiciones. El cien por ciento de la gente tiene plomo”, exclamó alarmado. Héctor Clavijo, tiene un hijo de 5 años con plomo en sangre que trata en el Garrahan, y también se quejó por la falta de información: “No nos dicen nada a nosotros”. Una inquietud pone en palabras Caivano, en representación del Cesac: “Hubiera sido interesante que se planteara una intervención en el tiempo para resolver el problema”.– ¿Cuál sería la solución?, consultó Sur.– Se trata de mejorar las condiciones de vida. Todo tiene que ver con una falla estructural, la vivienda, la falta de urbanización. Ante esta situación, el Gobierno porteño sigue mirando para otro lado.
Leer relacionado: Riachuelo: el 25% de los chicos de la Villa 21-24 tiene plomo en sangre. Resultados de un estudio socioambiental realizado por la ACUMAR en 962 menores de 6 años. tiempo.infonews.com. 20/08/13. Los especialistas vinculan los datos epidemiológicos con la demora en la relocalización de más de 1500 familias que aún viven en el Camino de Sirga. En cinco años, la Ciudad sólo mudó al 14%, y recortó el presupuesto asignado a la zona.
Luego de tomar muestras de 962 niños menores de 6 años de la Villa 21-24, un estudio socioambiental realizado por la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR) evidenció que "el 25% tiene plomo en sangre". El relevamiento, publicado por el periódico Sur Capitalino, también abarcó a la Villa 26, cuyos resultados se conocerán en poco tiempo. Ambos asentamientos están ubicados sobre los márgenes de la cuenca, cuyo saneamiento fue estipulado por la Corte Suprema hace más de cinco años, pero que no todos los distritos cumplen. Los especialistas enfatizaron la relación entre estos datos y la demora en la relocalización de las más de 1500 familias que siguen habitando ese espacio del Camino de Sirga, a pesar de que en enero debían entregarle su nueva vivienda a la última familia del lugar. A contramano de estas necesidades insatisfechas, el gobierno porteño recortó unos 6 millones de pesos del presupuesto asignado a la zona, y en cinco años, apenas efectivizó la mudanza del 14% de las familias.Un primer dato de la encuesta es contundente: dos tercios de los hogares "tienen al menos una necesidad básica insatisfecha". El trabajo se enmarca dentro de la Evaluación Integral de Salud en Áreas de Riesgo (Eisar), realizada en la Villa 21-24 por un equipo interdisciplinario de ACUMAR y por representantes del barrio convocados por el Centro de Atención Primaria de la Salud (Cesac) Nº 35. Durante casi tres meses, en la zona más cercana al Riachuelo de las 60 hectáreas de la Villa 21-24 donde viven 55 mil familias, 60 especialistas realizaron estudios a 962 niños, 95 embarazadas y 158 adultos mayores de 60. El valor de referencia internacional es de hasta 5 microgramos por decilitro de sangre (5,1 ug/dl). Al 25% de niños con presencia de plomo en sangre, se le agregó que el 21,5% muestra un "probable retraso en su desarrollo", según la evaluación psicomotriz.En efecto, el plomo puede provocar trastornos en el desarrollo para el aprendizaje y anemia. La prevalencia de anemia en menores de 2 años fue del 32,1%, y en las embarazadas, del 21,8 por ciento. Para los casos positivos de plomo, se solicitaron extracciones venosas en busca de un análisis exhaustivo, tarea que ahora corresponde a los efectores de salud porteños."Encontramos que la población donde más incide el riesgo por contaminación con plomo es en los menores de 3 años, lo que se relaciona con los hábitos de ese grupo etario, como estar mucho en el piso", destacó a Tiempo Argentino Fernando Nunes, director del Área de Salud Ambiental de ACUMAR, que ya censó unas 65 mil viviendas, entre Ciudad y provincia. Agregó que "los valores y porcentajes son bajos, pero el grupo etario es muy vulnerable".Las condiciones de estos terrenos emplazados en un sitio que supo ser un basural no ayudan al andar de los niños. El 42% de los censados no tiene inodoro o lo tienen sin descarga. Del resto, casi el 20% tiene desagüe a pozo ciego o excavación en la tierra, lo que transforma al lugar en una "zona de riesgo muy alta". A su vez, el 20% está por debajo de la línea de pobreza.En este marco, sobresale aún más la demora de la Ciudad en la relocalización de 1334 familias de la Villa 21-24 y otras 225 de la Villa 26. "Todos los plazos judiciales están vencidos. En la 21-24 debía finalizar en enero de este año", enfatizó el asesor tutelar ante la Cámara de Apelaciones de la Ciudad, Gustavo Moreno. 467 familias aún no tienen terrenos asignados.Se ha reclamado que las primeras trasladadas sean las 400 familias "prioritarias" que viven en el Meandro de Brian, la zona más afectada, lo que incluso admite un estudio ambiental del Ejecutivo porteño. Pero el IVC prefiere comenzar por el barrio San Blas, "por cuestiones logísticas" en relación con el paso de maquinarias. Moreno también cuestionó que el organismo porteño "sólo se limita a trasladar a la gente y olvidarse", y dio un ejemplo: las 33 familias del barrio Luján trasladadas en junio de 2010 a Cruz y Lacarra continúan sin gas. « el estado del riachuelo"En este momento estamos en un 50% del saneamiento de la cuenca", expresó a Tiempo Argentino el secretario de Medio Ambiente y titular de Acumar, Juan José Mussi, en marzo pasado, cuando también se refirió al financiamiento de Acumar. Este organismo, creado por ley ante el requerimiento de la Corte Suprema, se maneja con un 50% de aportes de Nación, un 25% de Ciudad y otro 25% de provincia de Buenos Aires. "La provincia lo puso en su presupuesto y dijo ‘no tengo dinero para poner’, pero la Ciudad directamente niega su participación. Son 160 millones de pesos por año y pusieron sólo 25 millones", dijo. En la audiencia pública de octubre último, la Corte los intimó porque Acumar corría peligro, pero pasado el tiempo no hubo penalización a ninguno. Según datos oficiales, hay 13,5 millones que el Ministerio de Desarrollo Urbano de Ciudad debía aportar a la Autoridad Cuenca Matanza-Riachuelo y que al cabo del primer trimestre de 2013 no fueron ejecutados ni en un solo peso. "no hubo progresos"En octubre pasado, la Asesoría General Tutelar (AGT) advirtió sobre graves déficits en el demorado proceso de relocalización que el gobierno porteño prevé efectuar para las 1824 familias que viven a orillas de la Cuenca Matanza-Riachuelo, de las cuáles se mudó a menos de un 20 por ciento. Se dispuso la relocalización en el sur, en su mayoría en la Comuna 8 (Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati) y en menor medida en la 9. La 8 es la segunda con mayor crecimiento demográfico en nueve años (15,8%), y la que cuenta con la mayor cantidad de chicos de todo el distrito: 56.125, un 30% del total. Es la que más depende del sistema público de Salud y Educación, la que tiene el mayor porcentaje de población que no inició el nivel medio (33,3%) y el menor número que inició el ciclo superior (19%), además de un déficit de algo menos de mil vacantes en jardines de infantes. La AGT remarcó que en los nuevos sitios “no hay mayor inversión, no se contrataron médicos ni construyeron más escuelas primarias."La asesora general tutelar de Ciudad, Laura Musa, señaló a este diario que "no hubo progresos. Es una decisión política no avanzar." Y acotó: "Son muchos chicos, unos cinco por familia, que sufren la demora en la relocalización y además no se los prepara para que el día que se muden tengan plenos derechos y condiciones de habitabilidad. Los nuevos lugares parecieran de un rango inferior al resto de la ciudad. Una mudanza no es solo vivienda digna; también es salud, espacios de recreación, escuelas. Nada de esto está previsto. La idea que subyace es: si el día de mañana van a tener una casa, eso es todo."