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A lo largo de la última década se ha producido un incremento de un 7,8% en las cifras globales de mortalidad atribuida a las partículas en suspensión. / Scott Webb (Creative Commons)David Rojas, investigador de ISGlobal que ha participado en el estudio, califica la situación de “inaceptable”. “En el estudio únicamente se incluyen aquellos factores de riesgo sobre los que existe una causalidad plenamente contrastada y, además, se cuenta con datos para los 195 países analizados, por lo que se trata de estimaciones conservadoras”, puntualiza.