¿Y si me pica una avispa? asturias24.es, 21/07/14. ASTURIAS24 ha recogido las opiniones de un médico, una zoóloga y un apicultor. La muerte de dos personas por picaduras de avispas o abejas en muy corto espacio de tiempo ha generado cierta alarma entre la población asturiana. ¿Qué hacer ante las picaduras? ¿Cómo actuar? ¿Cómo protegerse? ¿Por qué pican? Son solo algunas de las preguntas que ASTURIAS24 ha trasladado a varios especialistas de diferentes ámbitos. Este periódico ha hablado con un médico especialista en Urgencias, una zoóloga y un apicultor. Este reportaje recoge sus impresiones. Leer relacionado:Interesante infografía sobre picaduras de abejas y avispas en España y Alergia letal a himenopteros en España
Una avispa te mira
(Sertox)
EL MÉDICOPablo Herrero es médico especialista de Urgencias del HUCA. El doctor Herrero lanza primero un mensaje de calma. Las asistencias por picaduras masivas de insectos en los grandes hospitales no son muy frecuentes. Quizá son algo más comunes en los hospitales comarcales. Este facultativo establece una primera diferenciación que va a marcar la levedad o gravedad del proceso. "Si el paciente no es alérgico o son muy pocas picaduras, no hay por qué preocuparse", señala. Sacar el aguijón, en el caso de las abejas, siempre que sea posible y utilizar un tratamiento tópico con corticoides debería bastar. Cuando el paciente es alérgico o ha sido víctima de picaduras masivas, la cosa cambia. El doctor Herrero recomienda en estos casos tratamiento con corticoides intravenosos, antihistamínicos intramusculares o subcutáneos y, en los casos más graves, la rápida administración de aminas vasoactivas (adrenalina o noradrenalina). La muerte de los pacientes suele producirse, precisamente, porque no son atendidos a tiempo. El fallecimiento por picaduras de avispas o abejas se produce por dos causas. La primera es el shock anafiláctico. Se trata de una reacción alérgica que provoca una vasodilatación generalizada e intensa. La consecuencia en una reducción significativa de la tensión arterial. El cerebro, los riñones y el corazón se quedan desprovistos de la sangre necesaria para funcionar con normalidad. Un fallo multiorgánico acaba causando la muerte. La segunda es la asfixia. Se produce, sobre todo, cuando la o las picaduras afectan a la cavidad oral. El paciente sufre entonces una broncoconstricción y un edema de glotis que impide la respiración y provoca una parada respiratoria. Uno de los primeros síntomas que padece el afectado es la sensación de que la lengua engorda. En ambos casos, este especialista recomienda una llamada al 112, es el mejor seguro de vida. La alergia masiva a las picaduras de estos insectos puede acabar con una vida en un periodo de entre 15 y 20 minutos, de ahí la necesidad de saber qué hacer y de no perder el tiempo. Los médicos y enfermeros del SAMU llevan los medicamentos necesarios para poder revertir el proceso. LA ZOÓLOGA Araceli Anadón es profesora del departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo. Anadón, especialista en zoología, ayuda a comprender mejor por qué pican estos insectos. Abejas, avispas y hormigas son insectos himenópteros. Lo primero que destaca de ellos es su tremenda capacidad de adaptación. "La naturaleza les ha premiado y les ha ido bien", comenta esta profesora. Las hembras de esta especie presentaban al final del abdomen una estructura para la puesta de huevos, denominada ovipositor, que en los grupos más evolucionados se ha transformado en aguijón venenoso. Este sistema de defensa les ha permitido sobrevivir. Algunos himenópteros son especialmente peligros. Es el caso de la Vespa mandarinia o el avispón gigante asiático. ¿Por qué atacan? Araceli Anadón subraya que solo atacan para defenderse a sí mismas o a la colonia. Estos insectos suelen construir sus casas entre la vegetación en incluso bajo tierra. Es relativamente frecuente que, en el campo, el agricultor que siega la hierba o un matorral arrastre también a la colonia. Aparece entonces la voz de alarma y el ataque masivo. El veneno que se introduce con las picaduras libera a su vez una sustancia que sirve de reclamo para nuevos ataques. La primera recomendación es, por lo tanto, salir huyendo. La mala fama de avispas y abejas no debe hacer olvidar que son los insectos quizás más beneficiosos para los humanos. Sirven para el control de plagas, incluyen a los polinizadores más destacados y, en el caso de la abeja doméstica, son además fuente de miel y cera. EL APICULTORJosé Manuel Alonso Fernández preside la Asociación Gijonesa de Apicultura. Lleva trabajando con estos insectos desde los años 80. "Me han picado cientos de veces", comenta. "Escuece un poco como si fuera una ortiga, pero nada más. He tenido la suerte de no desarrollar alergia", añade. No siempre ocurre así. De hecho, la exposición al veneno de estos himenópteros suele desencadenar alergia. De ahí que muchos apicultores la sufran y, de ahí también, que suelan llevar consigo fármacos para tratarse. "El que es alérgico debe ir preparado", indica. Alonso Fernández considera que los dos fallecimientos ocurridos casi al mismo tiempo son producto de la casualidad. "Es fundamental conocer si uno es o no alérgico para tomar medidas", puntualiza. El presidente de la Asociación Gijonesa de Apicultura coincide con la zoóloga en que la picadura es realmente un mecanismo de defensa. "Puedes estar a unos metros del colmenar tan tranquilo, pero si te acercas a su casa la defienden", argumenta. Este apicultor recuerda además que abeja y avispa no pican de igual modo. "La avispa puede picar varias veces; la abeja muere cuando pica, pero te deja una señal de llamada para otras abejas", subraya. Alonso Fernández también cree que hay que acabar con la mala fama de estos insectos. "Ni la abeja ni la avispa pican porque sí", concluye.