Adam Dean para The New York TimesMiles de niños con defectos congénitos incapacitantes. Medio millón de personas envenenadas. Una sustancia química tóxica que se encuentra en el suministro de alimentos. Acusaciones sobre un encubrimiento del gobierno y policías que participaron en actos de corrupción.
Ese es el legado del comercio de mercurio en Indonesia, un negocio ligado a la lucrativa e ilegal producción de oro.
Según expertos en salud, más de cien naciones se han unido a una campaña mundial para reducir el comercio internacional de mercurio, un elemento tan tóxico que “no se conoce un nivel seguro de exposición”.
Pero ese esfuerzo ha fracasado en Indonesia, donde han surgido fabricantes ilícitos que trabajan en sus patios traseros para abastecer a los mineros ilegales y remplazar el mercurio que antes era importado desde el extranjero. Ahora, Indonesia produce tanto mercurio en el mercado negro que se ha convertido en un importante proveedor mundial, enviando miles de toneladas a otras partes del mundo de manera clandestina.
Según los registros judiciales, gran parte del mercurio se destina a la minería de oro en África y Asia, pasando por centros importantes como Dubái y Singapur, pero ese comercio tiene consecuencias mortales.
“Es una crisis de salud pública”, dijo Yuyun Ismawati, cofundadora de la Fundación Nexus3 —un grupo ambiental indonesio— y ganadora del Premio Ambiental Goldman 2009. Ella ha pedido que se implemente una prohibición mundial del uso de mercurio en la minería aurífera.
Una mina en Sumbawa. A menudo, los mineros cavan en tierras sin autorización ni permisos del gobierno.Adam Dean para The New York TimesIndonesia, la cuarta nación más poblada del mundo, destaca por la gran cantidad de mineros de oro que actúan fuera de la ley y por la preocupación de que algunos de los funcionarios encargados de vigilar el comercio —y hacer cumplir la ley— se están beneficiando con este.
Adam Dean para The New York TimesIndonesia obtuvo legalmente la mayor parte de su mercurio de Estados Unidos y Europa durante décadas. Pero hace seis años, al reconocer el daño que producía, los países occidentales comenzaron a reducir las exportaciones de mercurio.
El comercio de mercurio es lucrativo, pero el negocio del oro que este respalda es mucho más rentable. Según algunas estimaciones, los mineros de Indonesia que se dedican a la explotación a pequeña escala producen hasta 5000 millones de dólares al año.
Adam Dean para The New York Times
