Madres de toda América latina piden ayuda para combatir al paco. clarin.com. 11/08/07. Primer encuentro regional. Se unieron en Montevideo porque sus hijos son adictos a esta droga. Leer también en La Nación:Madres contra el paco (3/09/97)
Tienen algo en común y doloroso. Son cientos de mujeres argentinas, uruguayas y de otros países de América latina que están reunidas en Montevideo con un solo objetivo: luchar contra el paco que está matando o mató a sus hijos y pedir al resto de la sociedad que las ayuden a hacerlo.
El encuentro -organizado con gran esfuerzo por Madres de la Plaza, de Uruguay, y el movimiento Madres en Lucha, de Argentina- es el primero de este tipo en la región. La problemática del consumo de paco -como se llama comúnmente a la pasta base de cocaína- explotó en América latina hace tres años, y tiene muy distintas aristas: está ligada a la salud, a la educación y a la seguridad.
De hecho, la constitución de los movimientos de Madres de ambas orillas tuvo como origen estos temas. Juntas ahora quieren sensibilizar al resto de la población para que comience a considerar a los adictos como enfermos y no como delincuentes, por el hecho de que la mayoría delinque para poder consumirlo.
Además, ella tratan de terminar con el miedo. Intentan quebrar el silencio para que la gente denuncie a los vendedores de paco y también le exigen al Estado que combate ese tráfico ilegal.
"Es muy valioso este encuentro porque, más que nunca, reafirma la idea base de que hay que superar el dolor individual, para buscar soluciones y respuestas desde lo colectivo", dice a Clarín Luciano Alvarez, del Comedor Los Pibes, del barrio de La Boca.
"Yo no me ‘metí’ en el tema paco, el tema se ‘metió’ en mí, en el lugar donde trabajo", contesta Alvarez cuando se le pregunta cómo y porqué se "enganchó" tanto con el trabajo junto a jóvenes adictos.
Isabel Vázquez, trabaja en tareas domésticas y de limpieza y es integrante del movimiento Madres contra el paco, de Lomas de Zamora, dice que al principio tenía mucha culpa y vergüenza, por eso fue fundamental juntarse con otras mujeres que estaban viviendo una realidad similar. Vázquez, que tuvo a su hijo preso y ahora está en un proceso muy lento de recuperación, aboga para que "las organizaciones sociales puedan, algún día, participar en el control, diseño y ejecución de políticas serias del Estado".
Cristina del Valle, de Villa Azul (Avellaneda), ya no tiene más a su Ramón, se ahorcó hace cuatro años, consecuencia de este flagelo. "Estoy acá porque quiero seguir ayudándome a mí, porque tengo otros hijos, y también puedo ayudar a otras mamás", dice mientras pide un minuto cuando una asistente social le alcanza un celular: "Viejo, me están haciendo una nota", le dice a su marido quien está del otro lado.
Esta es la primera vez que Cristina se va tan lejos de su casa. "Nunca vi las cosas con tanta luz como las veo ahora", asegura, y vuelve, con los ojos brillosos, al taller en el que participaba. Va a juntarse con otras mujeres del resto del continente para tratar de frenar al paco. Al que "le mató a su Ramón". Leer editorial: Inhalantes: otra droga peligrosa. lanacion.com.ar. 16/08/07. En la Argentina se ha vuelto lamentablemente común que cada vez más jóvenes aspiren inhalantes como drogas. Los inhalantes, sustancias tóxicas producidas comercialmente para uso doméstico o industrial, no sólo pueden adquirirse fácilmente, sino que además son de muy bajo costo económico, motivo por el cual los utilizan las clases sociales más desfavorecidas y marginales, y en especial los niños y adolescentes.
Consumidos en considerables cantidades, los inhalantes producen intoxicación, desinhibición y pérdida de control. La mayoría de estos productos incluye una sustancia conocida como tolueno, que es la que provoca efectos estimulantes o depresores y, por consiguiente, adicción. La mayoría de las sustancias volátiles e inhalantes que los menores de edad emplean contienen este disolvente químico, altamente tóxico.
Los daños que pueden producir estas sustancias son enormes, porque causan efecto en cuestión de segundos. Inmediatamente son transportadas al cerebro, el corazón, los riñones y el hígado, donde producen cambios en el funcionamiento de estos órganos vitales, y es allí donde comienzan los problemas. Las consecuencias van desde reflejos retardados, visión doble, zumbido de oídos hasta complicaciones tan severas como daño prolongado a los riñones, el cerebro y el hígado.
Según fuentes oficiales, durante los últimos años aumentó más de un 4 por ciento la cantidad de chicos que usan inhalantes, principalmente pegamentos. Pero es notable el crecimiento del número de adolescentes que ahora aspiran los solventes de la nafta o los mezclan con otras sustancias para drogarse, elementos que, por supuesto, no sólo son más baratos, sino también mucho más destructivos.
La Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) determinó que, entre 2001 y 2005, creció en un 4,3 por ciento la cantidad de chicos de colegios secundarios que consumen inhalantes. Y en la provincia de Buenos Aires, entre 2005 y 2006, creció un 3 por ciento entre jóvenes de 16 a 20 años, según la Subsecretaría de Atención a las Adicciones. Este fenómeno amerita que ya mismo se establezca alguna limitación para la venta de estas sustancias a menores de edad (actualmente son de venta libre).
Es por ello que, más allá de la indelegable función que tiene la familia en materia de prevención de las adicciones, con la necesaria coordinación de los establecimientos escolares, es necesario que desde el gobierno nacional continúen implementándose intensas campañas públicas de prevención, para informar a toda la sociedad sobre esta cada vez más preocupante realidad que están enfrentando nuestros niños y jóvenes, y los posibles caminos para darle soluciones. Ver noticia relacionada: Epidemia de Paco