En las América Latina y el Caribe se bebe 2,2 litros más por persona que el promedio mundial.Sólo en Europa se bebe más, algo motivado, sobre todo, por el gran consumo en los países del Este del continente.
La cerveza es la bebida alcohólica más consumida por los latinoamericanos.
El impacto sobre la salud del consumo de alcohol es muy grave en todos los países.
La OMS recomienda a los gobiernos medidas como subir los precios del alcohol y restringir horarios de venta.Monteiro lo explica: "El alcohol no afecta sólo a quien bebe. Aumentan los episodios de violencia, también los accidentes de tráfico, baja la productividad del país por culpa no sólo de ausencias al trabajo sino por lo que se conoce como ‘depresentismo’, es decir, personas que acuden a su puesto de trabajo sin fuerzas".En ese sentido, explica que en un estudio realizado en los Estados Unidos en 2006, se estimó que el consumo nocivo de alcohol le costó al país cerca de US$224.000 millones (un promedio de US$750 por habitante); de ese total, un 72% se atribuyó a la pérdida de productividad en el lugar de trabajo.Pero, una vez que se conoce la magnitud del problema, ¿cuáles serían las soluciones que podrían aplicarse?
Los accidentes por consumir bebidas etílicas son otra problemática añadida.